Dicen que la cara es el espejo del alma, porque refleja nuestras emociones o estado de ánimo, aunque nuestro aspecto general o nuestra vestimenta son reflejo de muchas más cosas. Por eso es tan importante cuidarlo y mantener una buena apariencia, en consonancia con nuestra forma de ser. Al contrario de lo que mucha gente piensa, esto no es solo importante para las personas jóvenes, sino también para las personas mayores.
Está demostrado que tener un aspecto saludable, estar aseados/as y conseguir encontrar un estilo que nos guste es positivo para la salud física y mental. Sin embargo, ocurre que algunas personas mayores no son totalmente independientes para hacerlo por ellas mismas. Por ello, aquellas personas que precisamos de la ayuda de otras para realizar las actividades de la vida diaria, incluyendo nuestro cuidado, entendemos que los responsables de nuestra atención directa, tanto familiares como profesionales deben asumir un papel clave. En este punto, el cuidado de la imagen se realiza desde la perspectiva de ayudar a mantener, en la medida de lo posible, la autonomía de la persona, respetar la privacidad y establecer rutinas para los hábitos de higiene diaria o para vestirse.
En Gerosol, cuando nos referimos a higiene o aseo, no nos limitamos a pensar en ayudar a darse una ducha a una persona dependiente, hablamos de ir más allá, de conocer los gustos de esa persona, de saber cual es su ropa o perfume favorito, y mantener así las mismas rutinas y hábitos que siempre ha tenido.
Lejos quedan los tiempos en los que las personas mayores se vestían con ropa oscura, o en los que no se prestaba atención al estilo porque para estar en casa podían estar todo el día en pijama. Como decíamos, sentirnos a gusto y arreglarnos por la mañana no es irrelevante.
Durante el confinamiento más estricto, recordemos que las personas expertas recomendaban a todo el mundo vestirse y asearse por las mañanas como si fueran a salir a la calle, aunque fuese para teletrabajar. Esto es así porque es positivo tener rutinas. Vernos bien por fuera hará que nos sintamos bien por dentro y con ganas de estar activos. Lo mismo ocurre con las personas mayores.
Además de nuestra vestimenta, debemos intentar cuidar nuestro aspecto físico desde la dieta y el ejercicio. Realizar gimnasia es algo altamente recomendable, ya que beneficiará por una parte a la salud mental de las personas mayores, ya que verán mejoras en su cuerpo y un aumento de su vitalidad; y por otra parte a su salud física. Está demostrado que el ejercicio físico realizado de manera regular reduce la mortalidad, ya que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por supuesto ese deporte debe estar adaptado a las condiciones y a la resistencia de cada persona, ya que en ningún caso ni a ninguna edad debemos forzar nuestro cuerpo.
Es fundamental tener una alimentación equilibrada, reduciendo el consumo de grasas o grandes cantidades de carne roja. Para ir sobre seguro podemos consultar con alguna persona profesional como un nutricionista, que elabore una dieta en función de las necesidades o los hábitos de cada uno.
Desde mi perspectiva, debemos huir de las críticas de quienes consideran esto una cuestión superficial o insignificante. Si bien nadie duda que lo más importante es la salud, hay todo un mundo más allá de las pastillas y tratamientos a los que se asocia la tercera edad. Con una atención cuidada y respetuosa, el envejecimiento puede resultar un momento muy placentero e igual de digno que el resto de las etapas de la vida. Recuerda que “la persona más importante de tu vida eres tú”.