Soledad forzosa y ahora que estamos en Fiestas Navideñas: lo que se esconde tras las puertas

La soledad no deseada es la epidemia dentro de la pandemia: existía antes de la COVID-19 y ahora se ha incrementado por culpa de los aislamientos forzosos y la pérdida de seres queridos. Radiografiamos en este artículo un problema que afecta sobre todo a las personas mayores y analizaremos si ahora en estas fechas Navideñas la tecnología nos integra o nos aísla.

La soledad en su sentido más negativo

La soledad es un problema social actual que afecta a un porcentaje elevado de personas mayores e influye de manera significativa y negativa en su bienestar psicológico. Es importante valorar que la calidad de vida de una persona no sólo está determinada por la salud física, sino también por la emocional, sin embargo, los aspectos emocionales siguen sin tenerse lo suficientemente en cuenta, especialmente en el ámbito de las personas mayores.

El ser humano, como ser social, necesita comunicarse y vincularse afectivamente con otras personas para asegurar su supervivencia. Es cierto que muchas personas pueden experimentar satisfacción ante periodos de soledad, pero qué ocurre si estamos recibiendo mensajes en los medios de comunicación de que las Navidades es un tiempo para pasar con nuestros familiares y amigos, y este año más que nunca no podemos compartirlo, seguramente creará sentimientos muy encontrados en muchas personas ya que  experimentarán malestar ante la ausencia o limitación no deseada de las relaciones afectivas.

En estos casos, la soledad no resulta baladí, pues puede dar lugar a sentimientos de hostilidad, resentimiento, tristeza y ansiedad, lo que a su vez reactiva mecanismos neurobiológicos que pueden dañar la cognición, la emoción, el comportamiento y la salud de la persona mayor, llegando a incrementar las probabilidades de dependencia e incluso mortalidad.

Recordemos que durante los peores momentos del estado de alarma y el confinamiento domiciliario a causa del coronavirus surgieron numerosas iniciativas para intentar paliar el déficit de contacto directo con familiares, amigos y conocidos. Un parche para un momento puntual, sobre un problema puntual, que no incidía en las causas reales de esa soledad que ahoga cada día a quien la padece y que asfixia aún más en estos momentos de Fiestas y Celebración.

En contraste, el fomento de la integración y participación social previene el aislamiento de la persona mayor, al incrementar las redes de apoyo social, contribuir al reconocimiento social y ayudar al mayor a sentirse e identificarse como parte activa de la sociedad. Este proceso se ve dificultado si se siguen manteniendo los estereotipos negativos existentes hoy en día que tachan a los mayores de improductivos, aburridos, enfermos, solitarios y tristes.

La tecnología, un arma de doble filo

Paralelamente, en la innovadora era tecnológica, las redes sociales y los nuevos dispositivos móviles con acceso a internet, permiten estar completamente conectado con el mundo exterior. No obstante ¿Hasta qué punto nos condiciona esta hiperconectividad?
Antes del “boom” tecnológico, la gente que iba en el metro hablaba, leía, escuchaba música o incluso interactuaban entre ellas. En cambio, ahora ves a las personas aisladas con un aparato tecnológico ignorando lo que sucede a su alrededor. Es un fenómeno que abruma ya que todo el mundo está metido en su burbuja y aislados de cualquier suceso exterior. En definitiva, solos.

Poco a poco estos comportamientos provocan una cierta deshumanización de las relaciones. Se puede ver cómo las nuevas tecnologías evolucionan más rápido que el propio pensamiento humano, es por eso por lo que los nuevos dispositivos nos acaban dominando y pueden llegar a encerrarnos en una soledad. Estamos hiperconectados a la vez que estamos más solos.

Otra complicada y dura realidad que nos encontramos es que, durante estos días navideños, este sentimiento se acrecienta y la tristeza, falta de compañía y carencia de afecto asociadas al mismo se viven con más intensidad en un ambiente social festivo y familiar que inunda las calles de nuestras ciudades. Muchas personas vivirán estas próximas fiestas desde la soledad y la ansiedad de sentirse aisladas socialmente y al margen de las celebraciones. Por ello, en Gerosol contamos con un amplio equipo de profesionales que vela por el bienestar de nuestros mayores todos los días del año.
Además, nuestra misión debe ser ayudar a gestionar las vulnerabilidades y acompañar en la realización de tareas, porque muchas veces las personas sufren bloqueos y tienen dificultades para expresar sus emociones o no tienen a nadie que los escuche o ni siquiera saben cómo hacerlo.

Por todo ello, creemos que combatir la soledad no deseada debe ser tarea de todos, máxime cuando se trata de un problema que parece invisible en nuestra sociedad. A veces la solución no pasa por recursos económicos sino por potenciar lazos afectivos incluyendo a este colectivo de personas en la vida de nuestras familias o de la sociedad en general, fomentando que los pequeños gestos generen grandes acciones.

Todas las puertas esconden historias interconectadas y, aunque existan cerraduras, se abren de uno y otro lado. ¿Estamos preparados para dejar salir a la soledad?…