Con la emoción que solo puede venir de lo desconocido y la esperanza que lleva consigo un nuevo comienzo, te doy la bienvenida con los brazos abiertos. Como un capítulo en blanco que espera ser escrito, este año tengo el presentimiento de que va a ser una especie de viaje lleno de posibilidades, lecciones por aprender y momentos por vivir únicos y llenos de magia. Mientras dejo atrás las huellas del 2023, me encuentro aquí, ante ti, con el corazón lleno de gratitud y la mente llena de anticipación.
Antes de sumergirme de lleno en el 2024, me tengo que parar a reflexionar sobre el año que se va. Ha sido una etapa con sus más y sus menos, con sus altibajos y desafíos, pero también con sus victorias y sus momentos de felicidad que me llevo conmigo, como un bonito recuerdo y como amuleto de la buena suerte para que se repitan de nuevo. Cada experiencia ha contribuido a la persona que soy hoy. Celebro los logros, aprendo de los fracasos y agradezco por todas las lecciones que me han guiado hasta aquí.
¿Qué maravillas me esperan en este 2024? ¿Qué sorpresas se dejarán ver ante mis ojos? Con el corazón lleno de sueños y la mente abierta a las posibilidades, me comprometo a vivir este año con propósito y pasión. Y es que es precisamente esa la clave, saber que tú, 2024, vas a llegar sí o sí, pero que no por ello me debo detener, yo también tengo mucho que decir con mis acciones y mi forma de ver la vida, yo también voy a ser quien diga cómo va a ser este nuevo año.
Solo te pido que me dejes ser todo lo feliz y llegar tan alto como me permita mi ilusión. Querido 2024, estoy lista para lo que sea que tengas reservado para mí. Sé que habrá momentos de alegría y momentos de desafío, pero estoy decidida a abrazar todo lo que venga con gratitud y determinación. Que este año esté lleno de descubrimientos, crecimiento y momentos que se quedarán grabados en mi corazón”.
Si comparamos la noche de reyes con un viaje, el regalo, sería el destino, no es lo más importante, sino lo que eres capaz de sentir y vivir mientras recorres el camino.
Los Reyes Magos reparten magia e ilusión, haciendo volar la imaginación de los niños y moviendo el corazón de los más grandes, volcando cariño y el mejor deseo en cada regalo, sea material o no, en ocasiones estos últimos, los más importantes e inolvidables.
Si hay una noche mágica en Navidad es la noche de los Reyes Magos, los niños tienen un brillo especial en sus ojos porque hace semanas que redactaron su carta y saben que está en manos de su Rey Mago preferido. Todo está preparado, los zapatos de toda la familia perfectamente colocados, junto al vaso de leche con el polvorón para que repongan fuerzas los de Oriente. Al acostarse la emoción es inevitable, recibirán una grata visita que hará realidad, al menos, parte de sus sueños. A la mañana siguiente se desayuna con mucha alegría el riquísimo Roscón de Reyes. En mi familia, es tan irresistible que la magia envuelta en ilusión acontece la noche del 5 de enero, cuando regresamos de pasear y de ver La Cabalgata. En esa fecha soy como una niña siempre.
Recuerda, unas palabras amables, un abrazo, una sonrisa… son regalos que llegan al Corazón ¡Dalos todos los días, y durante todo el año!