Gracias a los avances de la medicina y a la promoción de la salud las personas han ganado en calidad de vida y longevidad. Por ello, cada vez se están poniendo más esfuerzos en garantizar una vida enérgica, equilibrada y saludable para las personas mayores. Cuidar el bienestar emocional debería ser siempre uno de los pilares de una vida adulta saludable.
Sin embargo, según los datos de la ONU, se estima que entre el 4 y el 6% de las personas mayores han experimentado algún tipo de maltrato en su domicilio y la incidencia de este problema va en aumento en la medida en que el porcentaje de población mayor se va incrementando a lo largo de los años.
La lacra del abuso incluso en los círculos más cercanos
Dentro del grupo de mayores, las mujeres son más vulnerables a ser víctimas de este tipo de abusos, que incluyen maltrato físico, sexual, psicológico, emocional, financiero y material y que pueden adoptar diversas formas como el abandono, la negligencia o las pérdidas graves de dignidad y respeto.
Asimismo, el estado de salud, la discapacidad, la dependencia o la presencia de enfermedades junto con la identidad de género y la edad son factores que pueden tener también un impacto negativo en las opciones, las expectativas sociales y los roles de estas mujeres, aumentando su desventaja y vulnerabilidad a la violencia y su exclusión social.
Entre todos los tipos de malos tratos, las agresiones sexuales producen el mayor impacto psicológico en la vida de las mujeres y las repercusiones más negativas en su salud mental. Además, la violencia sexual de género adopta múltiples expresiones que transgreden los derechos humanos de las mujeres, aunque muchas formas de esta violencia son aún difíciles de identificar en nuestra cotidianidad.
En este punto, hay que aclarar algunos conceptos. La violación, es el acto de penetrar a otra persona sin su consentimiento, mientras que el abuso sexual son todas aquellas conductas sexuales tales como manoseos, o usar lenguaje humillante o degradante, sin que tenga que acabar con una penetración. Se cree que tanto violación como abuso sexual ocurren por parte de extraños (nos imaginamos una situación violenta, como en un asalto), cuando la evidencia indica que, en su gran mayoría, la persona que agrede es un familiar, conocido, pareja o ex pareja. Puede habernos ocurrido y que nosotras lo hayamos naturalizado, porque se supone que en el matrimonio o en las parejas estables tenemos que tener relaciones sexuales.
Además, se dan casos de agresiones sexuales en mujeres mayores que padecen algún tipo de deterioro cognitivo.
Tampoco debemos olvidar que las mujeres con discapacidad, lejos de estar ajenas a este tipo de violencia sexual, son unas de las víctimas más habituales de estos delitos; tanto cuando para la comisión de los mismos se utiliza violencia o intimidación, como cuando se realizan empleando la manipulación, el engaño o la superioridad. El desconocimiento de la problemática es evidente y preocupante y exige con premura un acercamiento, estudio y ocupación de la misma.
La asistencia a víctimas continúa en el 016
En la actualidad, debido a la crisis sanitaria derivada del brote pandémico de coronavirus, las recomendaciones son las de quedarse en casa y no salir salvo contadas excepciones. Son recomendaciones que parecen sencillas y asumibles para la mayoría de la población, pero la situación se complica cuando hablamos de colectivos vulnerables como pueden ser las mujeres víctimas de violencia de género en al ámbito de la pareja.
Por ello, desde que fue decretado el confinamiento obligatorio, las instituciones oficiales han dedicado esfuerzos a garantizar que la atención a las víctimas de violencia de género sigue presentándose. Los servicios de urgencia y las casas de acogida siguen abiertos y el número gratuito de asesoramiento 016 también sigue en funcionamiento.
Por todo lo mencionado, desde Gerosol somos conscientes que el mundo entero debemos estar más atento y reportar los casos sospechosos de abuso hacia las mujeres mayores, ya que rara vez se detectan o denuncian, incluso cuando se producen señales claras de advertencia.
Hoy, 24 de marzo, fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día internacional del derecho a la verdad en relación con las violaciones graves de los derechos humanos y de la dignidad de las víctimas.
Esta fecha sirve para promover la memoria de las víctimas, rendir tributo a quienes han dedicado su vida a defender los derechos humanos y a quienes han muerto por esta causa. Una de las personalidades más destacadas en este día es el salvadoreño Monseñor Óscar Romero, quien batalló por defender y promover los derechos de las víctimas, lucha que le costó el más alto precio: su vida.
Los sucesos significativos de nuestra vida, ya sean positivos o negativos, dejan una huella imborrable. Pero esto no termina con tu existencia: hoy estás viva y tú no dejaste de ser inteligente, de ser buena hija, madre, abuela, hermana o amiga; no has perdido tu capacidad de amar, de ser tenaz, de esforzarte por lograr las metas que ya tenías planteadas. Todas las cualidades que poseías antes de atravesar por esta dolorosa experiencia y que te hacen única e irrepetible, no desaparecieron, son tu esencia y permanecerán contigo siempre.