La mitad de los mayores de 65 años tiene dificultad al tragar ¿sabes qué puedes hacer?

La mitad de los mayores de 65 años tiene dificultad al tragar, sufren lo que se conoce como disfagia, un trastorno que se presenta también en personas con alteraciones neurológicas o neurodegenerativas. Por lo tanto, si tienes un familiar cercano que ha sufrido un ictus, una parálisis o padece Parkinson es posible que te encuentres que presenta dificultades para tragar lo que le puede provocar desnutrición o deshidratación porque no come o bebe lo suficiente. También puede ocurrir que los alimentos lleguen a los pulmones provocando infecciones respiratorias graves, debido al atragantamiento.

La postura, importante

Cuando tengas que dar de comer a una persona con dificultades para tragar tienes que tener paciencia.
Cuando tengas que dar de comer a una persona con dificultades para tragar tienes que tener paciencia.

Por eso, antes de comer hay que asegurarse que la persona está bien despierta y tranquila, porque si no puede atragantarse.También se recomienda que no existan distracciones alrededor como la televisión o la radio. Y, si se puede conviene fomentar que el dependiente coma solo, pero siempre supervisándole.

La postura también es muy importante tanto para la persona que no puede tragar bien, como para quien se encarga de darle los alimentos. En aquellos casos en los que el afectado por disfagia puede estar sentado, su espalda tiene que estar recta y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante. Si es una persona encamada se le incorporará lo máximo posible, con la espalda recta y la cabeza inclinada hacia delante.

De forma complementaria podemos utilizar almohadas o toallas enrolladas para sujetarle la cabeza de forma que no se balancee. Así la persona estará más cómoda y podrá tragar más fácilmente. En el momento en que ingiera, la barbilla debe estar lo más inclinada posible sobre el pecho, para proteger así la vía respiratoria. También hay que tener en cuenta que quien da de comer tiene que estar sentado a la altura o por debajo de los ojos del dependiente para evitar que se atragante al alzar la cabeza para comer.

Sin prisa

Cuando tengas que dar de comer a una persona con dificultades para tragar tienes que tener paciencia porque tardan más. Sin embargo, no se deben emplear más de 30 minutos para que la persona que está comiendo no se canse. Por eso, para lograr que ingiera lo necesario se deben programar las comidas para aquellos momentos en los que el dependiente esté más descansado, porque la fatiga muscular y el cansancio aumentan el riesgo de aspiración.

Se aconseja usar siempre una cuchara, a ser posible pequeña, porque una menor cantidad de comida es más fácil de tragar. Y, no recurrir al uso de jeringas o pajitas ya que conllevan un alto riesgo de que al aspirar la persona se atragante y surjan complicaciones respiratorias. Además, usar la cuchara favorece el acto reflejo de deglutir, debido a la pequeña presión que se ejerce en la base de la lengua al introducirla en la boca.

Alimentos adecuados

Una persona que sufre disfagia no puede comer alimentos sólidos. Por eso hay que preparar las comidas de forma adecuada, pero sin olvidar que la dieta debe ser rica y variada.

La comida debe tener una consistencia suave y uniforme. Por eso, es mejor que sean alimentos blandos, como los purés porque la persona se cansará menos al comer. Las cosas muy líquidas pueden provocar accesos de tos. Para evitarlo se puede combinar líquido con sólido formando una pasta homogénea. Por ejemplo, galletas mezcladas con leche.

Después de comer

Una vez terminada la hora de la comida es muy recomendable que el dependiente permanezca incorporado entre 30 y 60 minutos y que se cepille los dientes para evitar restos de comida. Con ello, evitamos el reflujo, la asfixia o una posible infección pulmonar.