A lo largo de nuestro ciclo vital el afrontamiento de situaciones conflictivas está íntimamente relacionado a cambios de origen bio-psico-sociales que requieren por parte de la persona una adaptación y resiliencia, conectado a su vez con la respuesta individual para enfrentarse al estrés y la adversidad.
Las estrategias para manejar estas adversidades y dificultades constituyen, en suma, un conjunto de procesos adaptativos que tienen un único objetivo superar las situaciones de tipo biológicas, ambientales y sociales amenazantes a las que nos vemos sometidos.
Por ello detallaremos algunas de las estrategias para llevar a cabo un afrontamiento proactivo como proceso mediante el cual nos anticipamos para evitar o reducir el impacto del estrés (Ballesteros, 2009):
- Reconocimiento de la situación: sirve con repasar de forma consciente esa situación que nos causa estrés, un análisis de por qué se ha producido, qué ha cambiado, qué factores han influido, etc.
- Búsqueda de información y apoyo: se refiere la estrategia de ajuste flexible a los cambios ocurridos, hay que mantener el bienestar y la autoestima, no podemos descuidar nuestro día a día, la alimentación, los hábitos saludables, la realización de ejercicio físico, todo ello íntimamente relacionado con el desahogo emocional, buscar si fuera necesario aquellos soportes o vínculos en el exterior para conseguir un mejor afrontamiento de la situación.
- Asimilación: el individuo trata de manejar su entorno, superando los acontecimientos difíciles y modificando esa situación conflictiva, encontrar las respuestas que nos hemos venido realizando, encauzando nuestra actuación.
- Adaptación: como respuesta que ayuda a rehacer de un modo nuevo y constructivo el momento que estamos viviendo, modificando conductas y hábitos.
Por tanto, la asociación entre el afrontamiento de los problemas y el manejo de la situación de forma proactiva nos darán resultados muy positivos en la mejora de nuestra salud física y mental, el control de las emociones de forma positiva fomentará nuestros mecanismos de autoregulación para llegar a conseguir ese equilibrio tan deseado y el manejo del estrés. No basta con sentarnos y respirar profundamente, debemos realizar ese análisis e introspección para modificar y transformar nuestra situación.