Cuando hablamos de estrés inmediatamente lo asociamos con gran actividad y lo vinculamos habitualmente a las personas con elevado nivel laboral y responsabilidades. Además, dicho estrés, se ha unido tradicionalmente con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, entre otros efectos nocivos también duplica el riesgo de deterioro cognitivo en las personas mayores, incrementando así la probabilidad de desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva de Nueva York (Estados Unidos) y publicado en la revista Alzheimer Disease & Associated Disorder.
Los resultados muestran de una manera consistente que el estrés aumenta el riesgo de que las personas mayores desarrollen deterioro cognitivo leve. Pero afortunadamente, el estrés percibido, que refleja los problemas cotidianos que todos experimentamos así como la manera en que los evaluamos y afrontamos, es un factor de riesgo modificable de deterioro cognitivo, que puede ser tratado.
¿Cómo se manifiesta el estrés?
Algunos de los síntomas ante los que debemos estar alerta para percibir si nuestro mayor sufre estrés son:
• Problemas gastrointestinales, acidez, gastritis, úlceras, colitis.
• Taquicardia y sensaciones de opresión.
• Sudoraciones y problemas en piel y cabello.
• Sensaciones de angustia, cansancio, agotamiento o desgana.
• Infecciones.
• Hipertensión arterial.
¿Cómo prevenirlo?
Hacer ejercicio regularmente de acuerdo a las condiciones físicas de cada persona, dormir suficiente y practicar algunas técnicas de relajación son algunas alternativas que pueden ayudarte controlar su estrés. La aromaterapia también puede tener efectos que inhiben la ansiedad, al igual que la jardinería.