Durante el verano hay más horas de luz y pasamos más tiempo al aire libre, estamos expuestos al sol mucho más tiempo, lo que hace que haya que tomar precauciones. La piel es el órgano de nuestro cuerpo que más sufre, es por esta razón por lo que si ya eres mayor probablemente seas consciente de todos los consejos que te voy a dar y los sigues al pie de la letra, por tu salud. También si tienes personas mayores en verano a tu cargo, seguro que esto te sirve para ayudarle en su cuidado.
La piel, con la edad, se vuelve más delgada y seca a medida que envejecemos. ¿Eso nos hace más propensos a las quemaduras solares? No hay datos concretos que indiquen que las quemaduras solares empeoran a medida que nos hacemos mayores debido únicamente a la edad. No obstante, sí que es cierto que independientemente de la edad que tengamos, una exposición prolongada a los rayos del sol hace que la piel sufra mucho.
En Gerosol sabemos lo importante que es cuidar la salud de las personas mayores desde todos los ámbitos posibles. Por ejemplo, hay que tener en cuenta, que las personas mayores a menudo toman diferentes medicamentos que pueden aumentar la sensibilidad al sol. Por eso, el hecho de que se atienda la piel de la persona mayor no solo traerá beneficios físicos, sino que también podrá contribuir a su autoestima, la imagen que tienen de ellos mismos y su manera de relacionarse con el mundo. A continuación, te doy unos consejos que te servirán para cuidar la piel de tus mayores.
- Lavarse la cara de manera adecuada.
En el verano se suda más debido a las actividades al aire libre, por estar más activo o simplemente por el aumento de las temperaturas. Una de las mejores recomendaciones que puedo dar a las personas mayores es que se laven la cara hasta la altura del cabello. Además del agua y jabón, una opción es usar un limpiador facial para poder dejar la piel mucho más limpia.
- Siempre usar protección solar.
No importa si hay nubes y no se ven los rayos de sol. Tampoco si las personas mayores están en la sombra para estar más frescos. Si hay un elemento imprescindible para protegerse la piel en verano es usar protectores solares de factor 30 o más. Además, elige un buen protector solar que proteja frente a la radiación UVA y UVB y utilízalo correctamente. Aplica una cantidad adecuada media hora antes de exponerte al sol y vuelve a aplicar el fotoprotector después del baño o cada 2 horas. Por último, este producto irá perdiendo sus propiedades una vez abierto, así que renuévalo 12 meses después de abrirlo.
A parte de su uso estético, una bonita gorra con visera o una pamela será un complemento ideal para una mayor protección facial frente al sol. Además, los hay de muchas formas y modelos, así que no tendrás excusas para utilizarlos.
- Cuidar mucho la alimentación.
En verano, más que nunca, hay que cuidar la alimentación de nuestros mayores. Se cambian las rutinas, y eso hace que se tienda a comer peor, comidas a deshoras u otro tipo de tentempiés. Hay alimentos que ayudan a mejorar la salud de la piel, entre los que se encuentran las verduras, las frutas y alimentos ricos en antioxidantes. Estos alimentos tienen la característica de estimular el flujo sanguíneo de la piel, al mismo tiempo que previenen la degeneración celular.
- Es vital beber mucha agua.
Para tener una piel hidratada, es esencial el agua en nuestro cuerpo. Las personas mayores tienden a beber poca agua, y es justamente lo que tienen que procurar cambiar en verano. El calor hace que el cuerpo pierda agua, y si no se repone, la piel puede pagar las consecuencias. Los expertos coinciden en que se debe beber alrededor de dos litros diarios. Una forma de llegar a esa cantidad es bebiendo zumos de frutas naturales de temporada, como pueda ser la sandía o el melón.
- Elegir la ropa adecuada.
Para cuidar la piel en verano, otro aspecto que se debe tener en cuenta es la ropa que se emplea. Hay que evitar prendas que no transpiren, ya que la excesiva sudoración es muy perjudicial. Hay que proteger las zonas del cuerpo que tienen una mayor exposición al sol, de forma que los rayos del sol no vayan directos y los mantengan frescos. Para ello se pueden usar sombreros, fulares, pareos y, en general, prendas que no den calor y tapen el cuerpo.
Por supuesto, recomiendo que vigiles tu piel, si ves algún cambio (color, textura, manchas …) no dudes en acudir al médico porque los tratamientos funcionan con más probabilidad si detectas a tiempo alguna alteración en tu dermis.
Son ya varios los días los que llevamos exponiendo nuestra piel al sol con mayor frecuencia. Sin embargo, esta gran estrella aporta a nuestro organismo innumerables beneficios, entre ellos, el aporte, en más de un 90%, de vitamina D, la cual favorece la secreción de dopamina y serotonina, las hormonas de la felicidad. Además, ayuda a combatir la psoriasis, activa las defensas y fortalece nuestros huesos.
En resumen, si hay algo en lo que todas las personas coincidimos es en que no nos agradan los signos que el paso del tiempo deja en nuestro organismo, sobre todo en la piel. Desde la antigüedad buscamos sin cesar la fuente de la eterna juventud, pero, como bien sabes, a estas alturas aún no hemos dado con el milagroso remedio que evite el proceso de envejecimiento, pero si hay una clave infalible, tengas la edad que tengas, para mitigar la huella de los años en tu cuerpo, es cuidar tu piel a diario, y mimarla para que esté siempre sana. Espero que este artículo te haya ayudado a saber cómo cuidar la piel. Recuerda, lo mejor es, como dice el refrán, “más vale prevenir antes que curar”.