Trastorno dual, enfermedad mental…el presente y pasado en la pandemia

Tradicionalmente, las adicciones se han relacionado con el consumo de sustancias dañinas, como drogas, tabaco o alcohol, o incluso con el abuso del juego. Sin embargo, existen adicciones menos conocidas como el sexo, la comida, el trabajo o las compras y más recientemente, las que vienen de la mano de las nuevas tecnologías, como el teléfono móvil e internet. En el último año, la situación de pandemia y confinamiento que vivimos a raíz de la Covid-19 ha afectado a los datos relacionados con estas adicciones. En el presente artículo hablamos de estos aspectos.

Una enfermedad con graves consecuencias sobre la salud y la vida social

La adicción es una dependencia de una sustancia, actividad o relación, que arrastra a la persona a comportamientos autodestructivos, aunque sea consciente de los daños que estos provocan. El adicto abandona poco a poco sus intereses y actividades cotidianas para sumergirse de forma compulsiva en el consumo o en la actividad que le causa placer. Como resultado, se produce un grave deterioro en su salud y/o en su vida social y laboral.

La exposición repetida a una sustancia o actividad que causa placer, genera cambios en la regulación cerebral que contribuyen a mantener la conducta adictiva. Estos cambios afectan a zonas del cerebro relacionadas con la percepción de la recompensa, la motivación, la toma de decisiones y la impulsividad.

El proceso a través del cual una persona cae en las garras de la adicción comienza con lo que se denomina “fase de conocimiento”. En ese momento, la persona entra en contacto con la sustancia o actividad potencialmente adictiva y experimenta sus efectos. Después de esa fase, la persona puede alejarse o seguir consumiendo, la decisión dependerá de factores familiares, emocionales, intelectuales y/o educativos.

Si tenemos en cuenta que el consumo de drogas disminuyó durante los meses del confinamiento, las principales razones las encontramos en algo obvio como que existió una mayor dificultad para adquirir drogas, a las restricciones a la movilidad, y en menor medida, la economía y la preocupación por los efectos en la salud.

Por el contrario, las ventas de bebidas alcohólicas por Internet han aumentado en más de un 900% durante esta pandemia. Un dato revelador, que nos demuestra cómo el consumo de esta sustancia ha crecido en el último año. Según los expertos, este aumento del consumo de alcohol se ha debido a que las bebidas alcohólicas se han considerado como un relajante de cara a afrontar el encierro en sus casas, y a que consumidores de drogas ilegales o químicas han recurrido al alcohol buscando efectos similares a los que producen ese tipo de drogas.

En el caso del uso de internet, el estudio muestra que, a raíz del confinamiento, ha aumentado su uso, según ha admitido el 70% de las personas encuestadas, y gran parte de la población creó un vínculo muy estrecho con las tecnologías, lo que se tradujo también en el crecimiento de las adicciones a los videojuegos y a las redes sociales.

La asistencia profesional no debe faltar en los casos más avanzados

En el caso de los pacientes duales, que padecen un trastorno por consumo de sustancias junto a otra patología mental, durante el confinamiento domiciliario han sufrido una mayor prevalencia de descompensaciones afectivas y ansiosas, siendo diagnosticados de trastorno por estrés agudo en un elevado porcentaje. Si se produjera otro confinamiento en domicilio, la situación podría evolucionar a una mayor prevalencia de trastorno de estrés postraumático.

Las consecuencias de esa mayor prevalencia de descompensaciones depresivas y ansiosas en personas con patología dual se plasma en que puede haber un aumento de la demanda de recursos sanitarios, con reinicios de seguimiento psiquiátrico y psicoterapéutico, aumento de la prescripción y toma de psicofármacos, y de la necesidad de ingresos hospitalarios, tanto en unidades de agudos de psiquiatría por presencia de sintomatología depresiva grave con presencia de ideas de suicidio, como en unidades de desintoxicación hospitalaria o de patología dual, por recaídas en el consumo de sustancias, además de la exacerbación de la sintomatología ansiosa y depresiva.

Los expertos recuerdan que la patología dual debe ser tratada de manera integrada, abordando con técnicas psicoterapéuticas y psicofarmacológicas, no sólo el trastorno por consumo de sustancias, sino también la patología dual y el trauma vivido por los pacientes duales para mejorar su pronóstico y evolución.

Durante la pandemia las admisiones a tratamiento se han reducido alrededor del 70%. La OMS ya alertó de un incremento del 11% en las demandas de los servicios de salud mental, al mismo tiempo que la atención se ha visto perturbada. Según el Observatorio de Drogas, solo una de cada siete personas con Trastorno por Uso de Sustancias está recibiendo tratamiento. En Gerosol consideramos que la atención y el seguimiento de los pacientes con trastornos adictivos, como con patologías mentales son fundamentales en todo momento.

Aún existen falsas creencias y prejuicios acerca de las adicciones y los trastornos mentales que, lejos de ayudar a las personas afectadas, las excluye socialmente. Frases como “fumar porros es más sano que fumar tabaco”, “la timidez se vence con el alcohol”, “la adicción es un vicio” o “la adicción al juego no es una enfermedad mental”, son muy frecuentes en la sociedad, pero ninguna de ellas se basa en evidencias científicas. Por ello, es necesario formar e informar a la sociedad, así como mejorar el diagnóstico de algunas enfermedades mentales con el fin de detectar a tiempo la patología dual, cuya prevalencia en España es superior al 50% entre las personas que acuden a centros de salud mental y/o adicciones. Ninguna persona elige ser adicta ni tener una enfermedad mental.