Paseo primaveral, fuente de seguridad y bienestar para los mayores

La primavera es el momento en el que todo parece empezar de nuevo. Tras el largo invierno, las flores empiezan a florecer, los días se alargan y el frío va poco a poco dejando paso a una agradable calidez. Por ello, algo tan sencillo como dar un paseo por el barrio, recorrer las calles vecinas, que nos dé un poco el aire y el sol, e incluso hacer algo de ejercicio o deporte es algo fundamental, empezando por los más pequeños, pero también para el resto de grupos de edades y, de modo especial, para los más mayores. En este articulo te damos algunas claves importantes sobre cómo dar un paseo seguro y también de los beneficios que tiene pasear para el bienestar de las personas mayores durante esta estación del año.

Una época ideal para activar tu cuerpo al aire libre

La primavera conlleva un aumento de las temperaturas y, sobre todo, una gran inestabilidad atmosférica. Esto puede significar que por la mañana llueva y por la tarde salga un sol maravilloso, con lo que es importante tener en cuenta la vestimenta. Lo más aconsejable es poner varias capas, de la más ligera a la más abrigada, para poder ir quitándolas si se produce un aumento de la temperatura.

En la misma línea, para que los paseos de las personas mayores no se traduzcan en problemas podales, se debe optar por un calzado cómodo, que se ajuste bien a la anatomía del pie.

El ejercicio hay que tomárselo con calma y no forzar la máquina, sobre todo los primeros días. Empecemos por trayectos livianos, sin meternos ninguna prisa, y vayamos alargándolos cada jornada, a medida que el cuerpo se vaya adaptando a los nuevos ritmos.

Una vez se va cogiendo ritmo y las salidas son más largas, los periodos de actividad de una hora son más que suficientes para provocar daños en la piel y los ojos. Para impedir que ocurra y, por otro lado, asegurar una correcta hidratación durante el camino, debemos instar a las personas de edad avanzada de nuestro entorno a que lleven consigo gafas de sol y agua y se apliquen, media hora antes, protección contra las radiaciones ultravioleta.

En estos tiempos en los que la tecnología se integra cada vez más en nuestras vidas, nuestros mayores también pueden aprovecharse de los avances en este sentido, y empezar a utilizar un nuevo dispositivo que ayude a mantener su autonomía y bienestar. Tecnología diseñada para los más mayores que ayuda a prevenir situaciones de riesgo y pérdida.

 La tecnología puesta al servicio de los más mayores

El reloj tiene una batería que dura dos meses. Ésta se puede mojar y tiene un botón de auxilio que el usuario puede pulsar cuando precise ayuda. También incorpora una serie de sensores: un altímetro, un giroscopio y un acelerómetro; que permiten detectar caídas, ya sean producidas de manera accidental o como consecuencia de una pérdida de la conciencia. Cuando este sistema detecta un cambio brusco de altura con impacto y ausencia de movilidad durante 30 segundos, el reloj activa una alarma para los familiares del usuario y el equipo se pondrá en contacto con el usuario para conocer su estado.

Obviamente, el sistema está preparado para activarse en los momentos adecuados y no si la persona que lo está utilizando simplemente se agacha o se arrodilla. La aplicación también cuenta con un sensor de presencia en el domicilio, del tamaño de una moneda de euro, que puede engancharse a las llaves, el bastón, el andador, el bolso o cualquier otro complemento. También existe la opción de obtener un sensor con GPS incorporado, que permite precisar exactamente en qué calle está el usuario.

Eso sí, poder salir a dar un paseo no significa que el virus haya desaparecido y hay que tener siempre en cuenta las medidas de prevención necesarias: distancias de seguridad con otras personas, evitar saludar de cerca a familiares o conocidos que podamos encontrarnos, usar mascarilla y lavarse las manos antes y después de salir de casa.

Salir a dar un paseo contribuye sin duda alguna a la mejora de la calidad de vida de la persona mayor. Gracias a esta práctica se fomenta el movimiento del cuerpo en general y con ello la activación y el fortalecimiento de los músculos, lo cual permite, además, un mayor gasto de calorías y un aumento de la actividad cardiaca. Además, el paseo al aire libre permite fortalecer el sistema inmunológico debido, entre otros muchos aspectos, a la vitamina D, cuya producción se activa con los rayos de sol, hecho considerado indispensable por los especialistas para preservar la salud y combatir la aparición de gran cantidad de enfermedades.

Otro de los beneficios más importantes que conlleva esta actividad es la liberación de un alto grado de estrés, ansiedad y depresión. El simple hecho de salir a dar una vuelta permite que la persona rompa su rutina habitual, sobre todo de los que tienden a estar metidos en casa todo el día, y esto aumenta su satisfacción y bienestar emocional.

Desde Gerosol, queremos aclarar que en el caso de aquellas personas que no pueden desplazarse ni caminar de forma independiente porque tienen una movilidad reducida o padecen cualquier patología mental asociada a la tercera edad (como por ejemplo la desorientación) es importante que los familiares y/o profesionales, auxiliares sociosanitarios, ayudemos a realizar el paseo acompañando al mayor y utilizando, por supuesto sólo en caso necesario, una silla de ruedas o cualquier otro instrumento de apoyo. Esto permitirá que la persona con alguna limitación física o cognitiva pueda beneficiarse también de esta actividad tan básica y a la vez tan completa.

En definitiva, teniendo presentes tanto las recomendaciones de seguridad como los beneficios de pasear mencionados, nuestros mayores podrán comprobar que el sol se convierte en una fuente de vida que aporta alegría y entusiasmo a cualquier edad, y que la llegada de la primavera es mágica puesto que el paisaje se torna más bonito y colorido para poder disfrutar de un agradable paseo.