¿Comemos solamente por necesidad? Reconozcamos que no es así. La mayoría de las veces lo hacemos por muchos otros motivos que nada tienen que ver con la nutrición: placer, ansiedad, desamor, soledad, aburrimiento…
Por su parte, el ayuno está motivado por numerosas razones que van desde nuestra religión hasta asuntos relacionados con la salud física o emocional. En efecto, el ayuno intermitente se ha puesto de moda en las redes sociales y de ahí, al resto de los mortales. Y sí, como nos confirman los expertos, bien hecho y con sentido, el ayuno puede tener muchos beneficios. Pero mal hecho, sin cabeza y en personas en las que estaría contraindicado, puede llegar a ser peligroso. A continuación, explicaremos todo lo relativo a este tipo de ayuno.
Aunque ahora parezca mentira, el ayuno ha sido nuestro estado natural durante miles de años de evolución humana. Antes del frigorífico, las máquinas de vending, las pizzas a domicilio… solo comíamos cuando había comida, y eso no solía ser frecuente. Los periodos de ayuno forzoso durante las épocas de escasez era lo normal.
El ayuno intermitente o “fasting” en inglés, consiste en dejar una ventana de tiempo durante el día en el que no se consume ningún alimento sólido o que aporte calorías en general, y otra ventana de tiempo en la cual se ingieren todas las calorías necesarias. Por tanto, NO es un tipo de dieta, sino una práctica o manera de alimentarse, independientemente del tipo de dieta que se lleve a cabo.
Existen distintas versiones para su realización, siendo más comunes los siguientes:
– Diario: Consiste en practicar el ayuno durante unas horas todos los días. En este caso la ingesta de alimentos se suprime durante 16 horas y, durante las ocho horas restantes, sí podemos comer lo que queramos. Es conocida popularmente como 16/8. En la mayoría de los casos se suele hacer durante la noche y parte del día. Por ejemplo, podemos cenar a las 20:00 horas de la tarde y no volver a tomar sólidos hasta que transcurran 16 horas, que serían las 12:00 de la mañana del día siguiente.
– Alterno al día: También conocida como “eat stop eat” o 5/2. Se harán dos días de ayuno completo durante la semana. Estas jornadas nunca pueden ser seguidas y el resto de los días no tienen limitación calórica.
– Semanal: Se aumentan las horas de ayuno durante uno o dos días a la semana.
El ayuno durante un período prolongado induce un estado de «cetosis» en el cuerpo, también conocido como quema de grasa. Al abstenerte de consumir alimentos, tu cuerpo se queda sin glucógeno (azúcar almacenada) en el hígado y se ve obligado a comenzar a quemar grasa.
La duda que les surge a muchas personas es: ¿Qué beneficios y desventajas tiene este método para nuestro organismo?
El ayuno puede tener un efecto potencialmente beneficioso en la prevención y el tratamiento del cáncer, sin embargo, no existen datos disponibles en humanos que muestren un efecto concluyente. Numerosos estudios en animales han demostrado que la restricción calórica diaria o los días alternos de ayuno, reducen la aparición de tumores espontáneos durante el envejecimiento en roedores y suprimen el crecimiento de muchos tipos de tumores inducidos, al tiempo que aumenta la sensibilidad a la quimioterapia y la irradiación.
En cuanto a las enfermedades neurodegenerativas, los datos en humanos sugieren que la ingesta de energía excesiva, particularmente en la mediana edad, aumenta los riesgos de accidente cerebrovascular, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson.
En relación con la inflamación se han observado los beneficios de la realización de ayuno intermitente en el tratamiento de la artritis reumatoide, disminuyendo marcadores de inflamación y de dolor.
Por último, también se afirma que el ayuno puede revertir determinadas características del síndrome metabólico en humanos. Las mejoras en los indicadores de salud cardiovascular generalmente se hacen evidentes tras 2-4 semanas después del comienzo del ayuno.
Ahora bien, en el Ayuno Intermitente, no es oro todo lo que reluce. Como ya se ha mencionado, el objetivo del ayuno intermitente no es comer menos cantidad de alimentos sino repartir los alimentos de forma distinta a lo largo del día.
Desde Gerosol creemos que el ayuno intermitente no es adecuado para todas las personas ni en cualquier circunstancia, tiene que ser una intervención personalizada y supervisada por profesionales. De lo contrario, hay circunstancias en las que puede ser un agravante de la salud física y mental de personas que estén atravesando por periodos de estrés o ansiedad, personas con TCA o que no tengan una relación sana con la comida, insomnio, mujeres embarazadas o lactantes, deportistas de alto rendimiento o personas con altos requerimientos energéticos (mayores, niños y adolescentes, en algunas enfermedades, personas muy activas…).
Recuerda que tu cuerpo no puede compararse con el de otra persona, así que escúchalo en todo momento y no te fuerces más allá de lo que sientas que es saludable.