Dosificar el consumo de televisión para mejorar la salud de nuestros mayores

Películas, series, informativos, deportes, programas de entretenimiento o culturales…es indiferente qué ver, porque uno de los mayores placeres es llegar a casa, quitarse los zapatos y enroscarse en el sofá bajo una acogedora manta para una merecida sesión de atracón televisivo. Con este gesto, a veces, incluso, parece mucho más fácil no preocuparse por el mundo exterior y tener una apacible jornada durante horas y horas. La mala noticia, aunque poco sorprendente, es que han vinculado el consumo de televisión en exceso con varios problemas de salud. En el presente artículo te contamos por qué se debe dosificar esta práctica en la tercera edad y cómo las actividades dirigidas por terapeutas ocupacionales benefician a las personas mayores.

La televisión sigue ocupando una parte importante de nuestro tiempo

El consumo total de televisión ha registrado una importante alza durante el año 2020, en el contexto de la crisis sanitaria, en todos los segmentos poblacionales. Sin embargo, dicho aumento es mayor entre las audiencias de 65 años y más, con una media de 4 horas y media al día y hasta 6 horas en el caso de que convivan con otras personas, según se desprende de los resultados que arroja un estudio realizado por investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos.

Desde hace mucho tiempo, se supone que la actividad pasiva de ver televisión puede, a la larga, perjudicar la memoria de los adultos mayores, ya que puede tener efectos negativos en el desarrollo del cerebro de las personas más jóvenes. Además, hay pruebas de que el exceso de televisión diaria en los adultos mayores está ligado a capacidades de recuperación más deficientes y por tanto se ha relacionado con el deterioro cognitivo.

Pero la actividad en sí también se trata de una conducta sedentaria, y por tanto tiene consecuencias en este aspecto. El impacto en el cuerpo de pasar largas horas frente a la tele podría resumirse en un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares.

Afrontar cambios nunca es tarea fácil y cuando se trata de personas mayores puede ser aún más complicado. Por ello, es importante que tanto familiares como terapeutas cuenten con el conocimiento necesario para ayudarlos a acostumbrarse a esta nueva etapa. Ver televisión es una actividad que combina los estímulos sensoriales densos y fragmentarios que cambian rápidamente con la pasividad del espectador. Sin embargo, es el momento de poner en marcha nuestros engranajes y hacer que la situación cambie.

Buscar alternativas más físicas y de mayor interacción

Desde Gerosol, apostamos por que, si el mayor goza de una buena salud y tiene mucho tiempo, pero en cambio se siente deprimido o frustrado porque no sabe qué hacer, es muy importante encontrarles actividades para entretener a la tercera edad donde se puedan recrear sin que esto requiera un ejercicio físico extenuante. El simple hecho de caminar por un parque, salir a leer a otro lugar que no sea la casa o compartir charlas y compañía con amigos, pueden ser algunas de estas actividades que proponen nuestros terapeutas de Gerosol.

Destacamos que cuatro son los pilares del envejecimiento activo: salud, seguridad, participación y el aprendizaje a lo largo de la vida. Estos cuatro pilares para que sean sostenibles deben ir acompañados de la intergeneracionalidad, de manera que evitemos los guetos también en el mundo digital y conservemos la relación con los más jóvenes. En Gerosol Asistencia, contamos con personal cualificado como los terapeutas ocupacionales que acompaña a nuestros mayores en su tiempo libre, facilitando su autonomía realizando actividades como las nombradas anteriormente.

Resulta una evidencia que los avances tecnológicos e internet han transformado el consumo televisivo, la forma en que vemos series, películas y otros programas. Entonces, puede surgir la siguiente pregunta: ¿Está llegando el reinado de la televisión a su fin? Lo cierto es que la falta de acceso o de conocimiento a estos progresos, generan unas desigualdades que van dejando atrás a todo aquel que no puede seguir el ritmo, un ritmo que cada vez es más elevado y técnico y que se hace más presente entre los mayores.

Por tanto, es necesario asumir que el ocio es un asunto estratégico, si de adultos mayores hablamos. Se trata de proporcionar un ocio creativo y un ocio enriquecedor, favorecedor del envejecimiento activo, tal y como procuramos hacer cada día en Gerosol, todos los profesionales en general y nuestros terapeutas ocupacionales en particular.