Si la palabra CRISPR te suena raro o a algo que se desayuna, eres un principiante en esto de los genes, pero de eso se sale. Solo necesitarás leer este artículo donde podrás encontrar las respuestas a preguntas básicas como: ¿qué es CRISPR?, ¿para qué se usa? o ¿cómo funciona?
Nociones importantes sobre los genes y las células
Las células humanas tienen alrededor de 20.000 genes, que son pequeñas secuencias de ADN (o no tan pequeñas) con distintas funciones. Algunos son extremadamente importantes, mientras que otros no lo son tanto. Al conjunto de todos estos genes se le llama genoma. Por esta razón, es muy importante que, durante la división de las células, que es el proceso en el que una célula se divide dando lugar a dos células hijas idénticas, no haya ningún error al copiar la información codificada en el genoma.
Desafortunadamente, la maquinaria encargada de este proceso no es perfecta, y de vez en cuando introduce algún error (también llamadas mutaciones), lo que implica que una de las células hijas no tendrá la debida información inicial. Estas mutaciones no son como las que aparecen en las películas o series de televisión que otorgan superpoderes, en la gran mayoría de las veces, estas mutaciones son inocuas, pero otras, pueden significar el inicio de una enfermedad, o la predisposición a padecer una enfermedad determinada, las cuales reciben el nombre de enfermedades genéticas.
CRISPR-Cas9
La revista Nature presentó recientemente un estudio liderado por David Liu del Brodad Institute, un centro mixto de la Universidad de Havard y del MIT (EE.UU.), que asegura haber desarrollado una potente herramienta de edición molecular capaz de modificar con una precisión sin precedentes el ADN de las células humanas, con menos efectos secundarios y errores que otras técnicas actuales.
Esta herramienta desarrollada por el equipo de Liu, llamada CRISPR-Cas9 o edición de calidad, evita las rupturas de ADN de doble cadena y, en principio, “podría corregir alrededor del 89 % de las variantes genéticas humanas conocidas asociadas a enfermedades”.
Muy brevemente, CRISPR son unas secuencias repetitivas presentes en el ADN de las bacterias, que funcionan como autovacunas. Estas secuencias contienen el material genético de los virus que han atacado a las bacterias en el pasado, por eso pueden reconocerlos si se repite la infección y defenderse ante ella cortando el ADN de los invasores.
Sin embargo, CRISPR no es la tijera que corta el ADN, es simplemente el lazarillo que indica donde hay que cortar. Esta función de corte la realiza una enzima llamada Cas9, es decir, CRISPR guía a Cas9 a la región de interés y, una vez allí, Cas9 corta. A partir de ahí, se pueden empalmar los extremos cortados e inactivar el gen o bien introducir secuencias de ADN que permiten editar los genes a voluntad.
Lo impactante de esta técnica es que permite, de una manera sencilla y barata, editar el ADN de cualquier organismo. Esto también se aplica para el ADN de los humanos, por lo que sus potenciales aplicaciones son prácticamente infinitas y de enormes implicaciones. Por ejemplo, podríamos pensar en eliminar mutaciones humanas que causan enfermedades muy severas, en curar el SIDA, diseñar células que destruyan a las células cancerígenas, etc.
Pero también podríamos pensar en generar humanos a la carta, según demanda, modificando embriones humanos para incrementar sus capacidades cognitivas, capacidad de aprendizaje, aumento de la memoria. Además, estás modificaciones podrían ser permanentes, transmitirse de generación en generación, o, dicho en otras palabras, controlar y modificar la evolución humana.
Esta técnica aparte de sus implicaciones sanitarias, también se puede utilizar para mejorar los alimentos transgénicos (desarrollar nuevas variedades de plantas y animales con características genéticas concretas), modificar bacterias y otros microorganismos de uso industrial y alimentario.
Es en este punto, vista las inimaginables aplicaciones y efectos que puede desplegar esta técnica, cuando se hace ineludible y obligado el planteamiento de un debate ético y una cobertura legal.
Con la tecnología CRISPR/Cas9 se inaugura una nueva era de ingeniería genética en la que se puede editar, corregir, alterar, el genoma de cualquier célula de una manera fácil, rápida, barata y, sobre todo, altamente precisa. Cambiar el genoma significa cambiar lo esencial de un ser, recordadlo.
Es por ello, que estamos claramente ante un campo de la ciencia donde es necesario empezar a legislar, a decidir entre todos, científicos, políticos y sociedad civil hasta donde queremos llegar y donde poner los límites. Veremos qué nos depara el futuro.