La Semana Santa y las personas mayores

Llega la Semana Santa y, con ella, una de las fiestas más típicas de nuestro país. Mientras unos aprovechan para disfrutar de las cofradías que procesionan por cada localidad otros simplemente lo toman como un período vacacional de descanso y disfrute. También nuestros mayores.

La participación del colectivo de mayores en la Semana Santa es un claro ejemplo de envejecimiento activo, de actitudes positivas y de relaciones entre generaciones diferentes con lo que eso supone.

La semana santa es un periodo que muchos esperan durante meses en el cual las personas mayores salen de la rutina, cambian de aires y se manifiestan de manera diferente. Es importante aprovechar el tiempo y tomar estos días con ganas de hacer cosas que habitualmente no se hacen (leer, relacionarse con gente nueva, visitar lugares desconocidos, dedicar tiempo a uno mismo o a familiares, etc). Vivir cada momento como algo especial que, con el tiempo, nos ofrezca a todos un grato recuerdo de un momento vivido: ¡Carpe Diem!

Fuente:https://ajp.com.au/news/new-insights-into-90-year-olds-show-we-need-better-knowledge/
Fuente: https://ajp.com.au/news/new-insights-into-90-year-olds-show-we-need-better-knowledge/

Debido a las vacaciones escolares los menores también se ven implicados en preparativos y actuaciones, motivando relaciones intergeneracionales y encuentros entre abuelos y nietos. Estos momentos son socialmente valiosos porque conllevan una reintegración en la familia y en la vida comunitaria, así como una disminución de la soledad y del aislamiento. Estos momentos son socialmente valiosos porque conllevan a una reintegración en la familia y en la vida comunitaria, así como una disminución de la soledad y aislamiento.

Todos los espacios vacacionales son valiosas oportunidades de convergencia entre los mayores e incremento de los encuentros generacionales. Hay que tener presente que al disminuir los tiempos de presencia laboral y escolar de los menores y los adultos jóvenes, se favorecen dichos encuentros. Los mayores según un dicho son los “dueños del tiempo libre“. Esta idea, aunque no del todo verdadera, es fundamental en la sociedad contemporánea porque permite planear una integración participativa del colectivo de mayores.

Nos permitimos desde Gerosol Asitencia algunas recomendaciones prácticas para estos días:

1. Cambio de temperaturas e hidratación
A pesar de que el invierno ha pasado rozando la península y de que las temperaturas no han sido demasiado bajas, estos días podemos tener temperaturas más altas en algunas zonas del país. Este primer contacto con el calor para las personas mayores unido a la cantidad de horas que se suele estar en la calle en Semana Santa hace que sea muy importante la hidratación y los descansos pautados. No olvides tu botella de agua en el bolso o mochila en previsión de las aglomeraciones típicas de Semana Santa.

En esta misma línea: ¡Ojo con el sol y la piel¡ Suele lucir con intensidad, por lo que la radiación ultravioleta es intensa. Una buena medida es usar siempre protección solar para evitar problemas con la piel, especialmente cuando se trata de personas mayores con poca cantidad de pelo. En este caso, no olvides la gorra o el sombrero.

2. Más complementos
Y ya que estamos con los complementos… A las horas centrales hará calor, pero por la noche refrescará e incluso hará frío. Esto quiere decir que debemos prever ropa fresca para las horas centrales pero llevar siempre alguna prenda de abrigo si pensamos estar viendo cofradías hasta el anochecer o simplemente trasnochar más de la cuenta.

Del mismo modo, es muy importante huir de calzados incómodos como tacones o zapatos a estrenar. La cantidad de horas que se pasa de pie en Semana Santa puede verse agravada si además son momentos prolongados estando incómodos.

3. Procesiones y descanso: comodidad

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Fuente: https://www.flickr.com/photos/archivalladolid/5634643349

Y hablando de comodidad y de horas estando de pie… Cuando contamos con personas mayores es recomendable valorar dónde puede ser el mejor lugar para ver las cofradías. Evitar aglomeraciones y calles estrechas. Basta con aplicar el sentido común al ver los itinerarios en los clásicos programas de manos, e intentar ver las procesiones por grandes avenidas, especialmente si éstas poseen árboles.

La comodidad también es importante a la hora de hacer trayectos en transporte. Previsión, cautela y calma deben ser una constante en los viajes, más si nos acompañan personas mayores. Hacer pequeñas paradas en trayectos largos es necesario y muy recomendable. El objetivo es disfrutar al máximo, pero siempre teniendo cuidado con los excesos.

Alternar momentos de pie con momentos andando e incluir periodos de descanso sentados es una práctica que, más que recomendable, se torna imprescindible si contamos con personas mayores. No olvidar especialmente estos días el ejercicio físico aprovechando el espacio en el que nos encontremos, ya sea la naturaleza en un pueblo o la playa, como contrapunto a las comidas típicas de estas fiestas.

4. La comida

Ya que hablamos de comidas típicas, en Semana Santa es muy habitual que algunos establecimientos pretendan “hacer el agosto” y tengan comidas preparadas con mucha antelación, estando éstas mal conservadas. Por esto, es importante que evitéis comidas que contengan ingredientes como el huevo.

La opción de merendar alguno de  los clásicos dulces de Cuaresma o Semana Santa como torrijas, mantas, pestiños o rosquillas es muy recomendable, pero cuidado con las personas mayores que tienen problemas con el azúcar, ya que éstos contienen importantes cantidades.

5. La familia
Y por último, la familia. Aprovecha estos días para disfrutar de ellos y de ellas, de los nietos/as, biznietos/as, de los hijos/as, nueras, yernos, etc. Todos serán una compañía espléndida para estos días tan especiales.

¡Disfrutad de una espléndida Semana Santa!