Pautas de actuación ante un golpe de calor

En el Post anterior ofrecimos una serie de recomendaciones para proteger del calor a las personas mayores y dependientes, ya que son dos grupos de población especialmente vulnerables.  Sin embargo, si estas medidas no fueran suficientes, debemos reconocer las diferentes reacciones que el calor puede producir en nuestro cuerpo (mareos, calambres, deshidratación, quemaduras…) para actuar correctamente ante los síntomas.

Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad las olas de calor aumentan, en un 25%, el riesgo de morir. Asimismo, el Instituto de Salud Carlos III, ha determinado que, en  los mayores de 75 años, la mortalidad aumenta en un 20,1% por cada grado que supere los 36,5 grados de temperatura máxima diaria.

Debido a que nuestro organismo está compuesto de un 60% de agua, es necesario hidratarse adecuadamente bebiendo mucho líquido. La pérdida de sales minerales y de agua a través de la sudoración, puede producir síntomas como dolor de cabeza, debilidad muscular o calambres, mareos, náuseas vómitos y, en ocasiones, pequeñas elevaciones de la temperatura corporal.

A continuación, expondremos algunas pautas de actuación ante las diferentes situaciones que se puedan presentar.

CALAMBRES

Los calambres musculares pueden aparecer sobre todo en las piernas, el abdomen o los brazos, especialmente si se suda mucho al realizar una actividad física intensa.

  • En ese momento, se deberá interrumpir la actividad, descansar en un lugar fresco y evitar la actividad física intensa durante varias horas.
  • Es necesario tomar zumos ligeros y bebidas deportivas diluidas en agua. Si después de una hora el calambre persiste, debemos avisar a un médico.

AGOTAMIENTO POR EL CALOR

A diferencia del golpe de calor, el agotamiento se produce tras varios días de calor intenso en el que, debido a una sudoración excesiva, se han reducido los fluidos corporales y se han perdido sales minerales. Lo más habitual es que se presenten síntomas como fatiga, debilidad, mareos, náuseas o desmayos.

  • En este caso, deberemos descansar en un lugar fresco e hidratarnos bebiendo zumos y bebidas deportivas diluidas en agua. Si los síntomas empeoran o duran más de una hora hay que avisar a un médico.

GOLPE DE CALOR

El golpe de calor se produce como consecuencia de la exposición a temperaturas ambientales elevadas. El cuerpo es incapaz de controlar la temperatura, que se va incrementando rápidamente, pudiendo alcanzar los 40,6 grados centígrados. Los síntomas principales que van a aparecer son calor, sequedad y piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, confusión y pérdida de conciencia.

  • Ante esta situación debemos llamar a urgencias para que la persona sea atendida adecuadamente.
  • Mientras tanto, lo mejor es que llevemos a la persona a una habitación oscura y la tumbemos. Enfriaremos su cuerpo colocando sobre él paños de agua fría, intentaremos que mantenga los pies elevados y le ofreceremos pequeños tragos de agua fresca.

 Desde Gerosol Asistencia queremos recordar que, en general, estas situaciones pueden evitarse, por lo que siempre es recomendable anticiparse a ellas evitando la exposición al sol y permaneciendo en lugares sombríos y frescos, e hidratarse adecuadamente bebiendo mucho líquido.