En unos días las principales celebraciones navideñas inundarán de comida nuestras casas. Y, éstas pueden traer consigo efectos negativos para la salud si no tenemos cuidado con lo que comemos, especialmente para aquellos que padecen enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión u otros problemas en los que la alimentación es clave para el control y tratamiento de la enfermedad. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), gran parte de los mayores de 65 años está diagnosticada de alguna enfermedad relacionada con la alimentación: más del 60% tienen hipertensión, un 38% diabetes, un 50% hipercolesterolemia, entre el 20 y 30% estreñimiento, que aumenta hasta el 50% pasados los 75 años, y un 38% padece osteoporosis, cifra que asciende hasta el 70% en la población mayor de 80 años.
De ahí la importancia de cuidar la alimentación de los mayores, y más aún durante estas fiestas. Además, no hay que olvidar que a muchos mayores les faltan algunas piezas dentarias o tienen prótesis dentales mal ajustadas lo que trae consigo problemas de masticación. También hay que tener en cuenta que, en algunos casos, existe atrofia en las papilas gustativas, que alteran el sentido del gusto, sensación que se ve incrementada por el habitual consumo de medicamentos que se da en los ancianos.
Otros problemas que pueden presentar los mayores se deben a que el estómago presenta un retraso en su vaciado produciendo digestiones más lentas y gases; que el intestino delgado, con el paso del tiempo, disminuye la superficie de absorción y, por tanto, se aprovechan peor las sustancias nutritivas; y, que en el intestino grueso se observa un tránsito intestinal más lento, lo que propicia el riesgo de padecer estreñimiento.
Por ello, cuando pensemos en las comidas navideñas debemos tener en cuenta las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Nutrición y Alimentación de la SEGG para la correcta alimentación del mayor:
1. Llevar una alimentación variada, apetecible y muy nutritiva.
2. Fraccionar la ingesta en cuatro o más comidas cada día (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena).
3. Preparar y cocinar los alimentos adaptados a las condiciones de masticación de la persona mayor.
4. Hidratarse durante todo el día, aunque no se tenga sed. Como mínimo hay que tomar ocho vasos cada día que pueden ser: agua, infusiones, zumos naturales, caldo desgrasados o de verduras.
5. Intentar realizar las comidas con cierta regularidad de horarios.
Y especialmente en estas fiestas…
6. Moderar el consumo de sal y azúcar en los platos y postres.
7. El consumo de alcohol no debe sobrepasar uno o dos vasos de vino.
8. Incluir propuestas gastronómicas novedosas y adecuadas a estas fiestas, pero adaptando las texturas de los platos a las dificultades más habituales para tragar.
9. Respetar sus deseos y que pueda escoger los alimentos que más le apetezcan.
10. Escapar de la soledad y, siempre que sea posible, comer en compañía.