¡Enciende el modo “vacaciones”!

Algunos no lo recuerdan y otros muchos lo han olvidado, pero hubo un tiempo, hace no tanto, en el que prácticamente nadie tenía un teléfono móvil. Una época en la que si llegabas tarde no podías avisar. En la que los viajeros del metro se miraban unos a otros e incluso leían libros. Y en la que ibas al cuarto de baño y leías la etiqueta del champú, en lugar de consultar los tuits. Con el cambio de siglo, aquella época tocó a su fin. Sin embargo, en la actualidad, más de uno diría que el verano está para descansar y olvidarse de la rutina. Pero en esta era hiperconectada en la que vivimos, olvidarse del teléfono móvil en casa es una tarea complicada. Ya se sabe, a grandes males, grandes remedios.

Poner unos límites para disminuir la dependencia

El próximo 1 de agosto muchos españoles comienzan sus vacaciones de verano, pero no todos consiguen desconectarse del móvil y las redes sociales para descansar de verdad. La tecnología nos facilita la existencia, pero también puede llegar a crear una cierta dependencia que hay que procurar racionalizar. Las tablets, los smartphones y otros dispositivos móviles están pensados para que los disfrutemos, no para depender de ellos.

Por ello, hemos recopilado algunos consejos para conseguir desengancharse de las nuevas tecnologías en vacaciones:

Si el móvil suena o vibra avisando de que alguien te llama o te ha enviado algo hace falta mucha fuerza de voluntad para no mirarlo, de modo que una solución es tenerlo siempre en silencio y decidir en qué momentos del día se revisa para comprobar si hay alguna comunicación importante que atender.

Poner diferentes sonidos a los contactos facilita que uno pueda saber por el tono de la llamada si es de trabajo o personal, si debe atenderla porque puede ser urgente o es factible ignorarla porque es alguien que puede esperar.

Una forma de desconectar del móvil es establecer pausas en su uso. Una fórmula sencilla es dejarlo en casa cuando se sale a dar un paseo o durante la estancia en la playa o en la piscina. También es útil apagarlo o dejarlo en un cajón durante las comidas y las sobremesas, o cuando uno se tumba a leer un libro, cuando está jugando con la familia o practicando deporte.

Para evitar que el móvil, Internet o las redes sociales colonicen el tiempo dedicado a otras actividades, hay quienes optan por fijarse un plazo temporal de conexión. Por ejemplo, una o dos horas al empezar o al terminar el día para revisar el correo, navegar o contestar mensajes.

Otro método que evita el consumo digital compulsivo es no llevar el móvil encima. Si al llegar a casa se deja sobre una mesa o una estantería, seguro que no se tiene la tentación de mirarlo mientras se está charlando con alguien o viendo una película, y el hecho de tener que desplazarse a por él para enviar un mensaje o hacer una consulta da la opción de pensar si realmente es necesario.

Recibir avisos cada vez que alguien te menciona en Twitter o escribe en Facebook, o ver que se acumulan 10 mensajes sin leer en Whatsapp distrae la atención e induce a abrir de inmediato esas aplicaciones. En cambio, si se desactivan las notificaciones desaparece esa presión y uno decide cuándo le va bien revisarlas.

Cada vez más corrientes a favor de la desconexión

Movimientos como Digital Detox, en Estados Unidos, o Desintoxicación Digital, en español, abogan por aprender a desconectar para reconectar. Y ya son muchos los hoteles, restaurantes e incluso medios de transporte que se suman a esta tendencia. Te ofrecemos distintos ejemplos.

La idea del propietario del restaurante Abu Ghosh, en Israel, para el que los móviles han estropeado el placer de una cena, da el 50% de descuento en la comida a aquellos que apaguen su teléfono móvil.

Desde siempre, los aviones eran el lugar ideal para desconectar ya que, queramos o no, en general no podemos usar dispositivos electrónicos a bordo. Actualmente, son cada vez más las aerolíneas que se sitúan en el otro lado, para ofrecer una conexión total durante el vuelo. Las compañías de tren, en cambio, empiezan a contar con los llamados vagones silenciosos.

La cadena de hoteles Vincci también tiene su propio pack de desintoxicación en sus hoteles en Marbella, Sierra Nevada y Tenerife.

¿Quién no se siente como desprovisto de algo esencial si se deja el móvil en casa? Lo cierto es que hemos creado una dependencia real, y el hecho de estar conectado a todo y a todos a través de un aparato nos parece algo tan natural, que hasta nos ha hecho olvidar que hubo un tiempo en que se salía de casa por la mañana y para localizar había que hacer uso de esas cabinas que ya casi forman parte de los museos. La solución pasa por la autodisciplina y la restricción del móvil a situaciones realmente necesarias.