Pongámonos en situación: De acuerdo al artículo 23 de la Constitución Española, los ciudadanos españoles tienen derecho a acceder a un empleo. Es verdad que el mercado laboral debería ser un mundo lleno de oportunidades para todos. Todas las personas que se encuentren en edad de poder desarrollar una actividad profesional tienen derecho a trabajar y esto también nos incluye a las personas con discapacidad. Sin embargo, quédate con este dato: en España hay 4,3 millones de personas declaradas con discapacidad. O, lo que es lo mismo, en 1 de cada 3 hogares hay una persona discapacitada, independientemente del grado y el tipo.
Pero si nos adentramos todavía más en los datos, nos damos cuenta de que, de esos cuatro millones de personas con discapacidad que están en edad de trabajar, solo 1 de cada 4 tiene un empleo.
Por otro lado, la Ley General de Discapacidad (LGD) establece la obligación de que todas las empresas públicas y privadas españolas con un mínimo de 50 empleados deben garantizar que al menos el 2% de su plantilla contratada esté formada por personas con una discapacidad igual o superior al 33%. Esta cuota pretende garantizar la plena inserción laboral y el derecho al empleo de las personas con discapacidad.
Además, las empresas reciben subvenciones por la contratación indefinida de trabajadores con discapacidad, y bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social, que son mayores a partir de los 45 años. También hay subvenciones en las cuotas a la Seguridad Social en otros tipos de contratos, como los temporales de fomento de empleo, para la formación y aprendizaje, prácticas e interinidad.
Te has preguntado alguna vez ¿Por qué contratar a personas con discapacidad? Las preguntas más comunes son: ¿cómo hacerlo?, ¿cómo empezar? y ¿por qué hacerlo? Desde nuestra experiencia, en Gerosol podemos decir que incluir a personas con discapacidad dentro de la empresa genera un impacto muy positivo. Mejora la reputación corporativa, promueve el trabajo en equipo, posibilita un compromiso mayor con los valores, se aprende a ser más inclusivo y a aceptar la diversidad.
Dar el primer paso para contratar a personas con discapacidad es el mayor desafío. Sin embargo, créenos, es mucho más simple de lo que parece a primera vista.
El único requisito para poder hacerlo es TENER GANAS. El resto se irá dando solo. Lo primero es encontrar el deseo profundo de hacer que la empresa de la que formas parte pueda transformarse en una organización inclusiva. Ese será el primer impulso para movilizar a los ejecutivos, las decisiones y los recursos necesarios para hacer que este sueño se vuelva una realidad.
Además, en Gerosol, también creemos que el trabajo es un medio para conseguir diferentes aspectos: una imagen más positiva y útil de uno mismo, reconocimiento social, pertenencia a un grupo social, aumento en la cantidad y calidad de interacciones sociales e independencia económica… Estas ideas no son ajenas al colectivo de las personas con discapacidad.
Hoy 3 de mayo, con motivo del Día Nacional de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, nos hemos preguntado cómo es la situación en materia de educación y de trabajo y cómo podemos hacer para fomentar una inclusión real.
Como persona con discapacidad que soy, me parece oportuno acercaros mi historia en este ámbito que nos ocupa.
Entré en la Fundación Bobath cuando tenía 1 año y desde entonces, ésta es mi segunda casa, desarrollando mi trayectoria académica y profesional hasta el día de hoy.
Fui la primera persona en Fundación Bobath en sacarme el título de la ESO. Nadie me exigió que estudiara, pero yo quise hacerlo. Gracias al apoyo de mi familia, gracias al trabajo del equipo de profesionales que me apoyó y a mucho esfuerzo por mi parte, lo conseguí. Después cursé un Módulo de Grado Medio en Gestión Administrativa, que no me gustó nada, pero me sirvió de mucho.
Poco a poco, empecé a fantasear con la idea de trabajar, pero, enseguida pensaba: “¡qué locura!». Además, con la cantidad de ayuda que necesito para todo, ¿en qué podría trabajar?, ¿qué podría aportar yo a la sociedad?”.
Durante meses, todas estas preguntas formaron parte de un sueño. Sin embargo, si algo tenía claro es que no me iba a quedar parada y que lucharía porque se convirtiera en una realidad. Entonces, pensé: tú eres consciente de que será un camino complicado y largo, pero también es un derecho conseguir un trabajo.
Percibí un gran avance en el momento en que expresé mi deseo de trabajar, cuando desarrollé mi talento y creí en él. Todo ello, me llevó a firmar, hace ahora cinco años, mi primer contrato de trabajo en Gerosol.
A la mayoría de las personas con discapacidad no nos preguntan nunca qué queremos ser de mayor y muchas de ellas nunca se imaginan teniendo un trabajo en su vida adulta. También es cierto, que algunas personas con discapacidad no quieren trabajar, o no pueden, pero otras sí. ¡Otras queremos trabajar! Y, además, ¡tenemos derecho!
Por tanto, se debe considerar que tenemos talentos, que podemos desarrollarlos, que podemos aportar nuestra valía a la sociedad y que debemos ser remunerados por ello.
Me gustaría concluir incidiendo en que las personas con discapacidad somos completamente capaces de desarrollar un trabajo, solo requerimos de más apoyo por parte de la sociedad, la formación necesaria y los espacios adecuados para hacerlo. Es cierto que, en los últimos años, son varias las historias de superación, esfuerzo, empatía y confianza tanto por parte de la persona con discapacidad, como por parte de la empresa, sus trabajadores y directivos. Un camino de aprendizaje. Los inicios no son fáciles, pero la recompensa merece la pena.
Fuente de información:
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_760017.pdf
