Cuando determinadas cosas te ocurren en la vida, nadie te pregunta o evalúa si estas o no preparado para enfrentarte a ello, simplemente suceden y cada uno de nosotros trata de abordarlas con la mayor dignidad posible. Esta afirmación, que a todas luces es tan simple como veraz, se cuestiona cuando nos situamos en el plano de las personas mayores o dependientes. ¿Te suena la palabra empoderamiento? ¿Sabes qué relación tiene en el desarrollo personal? Descubre la respuesta a estas cuestiones en este artículo.
Llegar a la vejez con autonomía e independencia
En la actualidad, la visión de la vejez es negativa, no estando en muchos casos basada en la realidad, sino que salen a flote numerosos prejuicios y estereotipos, que hacen que se pierda una visión veraz del envejecimiento. De este modo se contribuye a que no se fomenten sus capacidades, autonomía e independencia, perdiendo sus derechos y deberes como ciudadanos y llegando en muchos casos a la discriminación de este colectivo por parte del resto de la sociedad.
Existen varias razones por las que las personas mayores muchas veces no perciben su vida como digna y de calidad. Sin embargo, un planteamiento positivo del envejecimiento nos acerca a los conceptos de empoderamiento, envejecimiento activo y envejecimiento productivo; siendo caminos que resultan favorables para vivir la etapa de la vejez como un momento de oportunidades, de bienestar, y poder gozar de una vida digna y de calidad.
El empoderamiento proviene de la palabra inglesa empowerment, y se podría definir como el proceso por el que atribuimos a una persona capacidad y competencia para llevar a cabo cambios a nivel personal y social.
¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que implica asumir que la persona, en este caso mayor, puede tomar sus propias decisiones, llevar a cabo las acciones que considere más oportunas e implicarse en aquello que desea.
A nivel personal, podemos considerar el empoderamiento de la persona a la hora de realizar valoraciones y tomar decisiones sobre su propia vida. Tomar decisiones por la persona, aunque sea “por su bien”, implica despojarla de esa capacidad, de ese poder, lo que la convierte en una persona incapaz y cada vez más dependiente.
A nivel social, el empoderamiento de la persona se encuentra a la hora de formar parte de la comunidad, de integrarse en ella y participar de ella. Concepciones falsas acerca de la vejez, que excluyen a las personas mayores de la vida social, generan igualmente incapacidad y dependencia.
Las personas mayores también tienen derecho a decidir sobre el cuidado de su salud en lo que respecta a medicación, tratamientos, estilo de vida, etc. Tienen derecho a recibir información directamente sobre su estado de salud, y con ello se evitaría el fenómeno de la ocultación de la información, que es frecuente en personas mayores.
Por ejemplo, si se detecta un problema de salud en una persona mayor, un profesional puede actuar de diferentes formas. Por un lado, puede informar directamente a la persona mayor (lo que es correcto) para que ésta tome la decisión. Por el contrario, puede dar la información a la familia y no a la persona mayor, siendo la familia la que toma la decisión final. Esto se debe a que algunos profesionales son paternalistas con las personas mayores y consideran que no podrá hacer frente a la situación, que hay que protegerlos.
Evitar menospreciar las capacidades de los mayores
Es fundamental que seamos conscientes de que las personas mayores tienen derecho a decidir si quieren un tratamiento o no, qué tipo de tratamiento prefieren (en función de sus características y necesidades) o si se toman una medicación o no. Y, al igual que el resto de los adultos, para tomar una decisión que afecte a su salud deben disponer de toda la información al respecto para poder así valorar las consecuencias que pueden derivar de sus decisiones y ser conscientes de ellas.
El mayor debe opinar y los familiares escuchar y apoyarlo. Antes de tomar una decisión es esencial que os reunáis en familia y lleguéis a un acuerdo sobre cuál es la mejor opción para vuestra situación.
La comunicación y la comprensión son imprescindibles para llegar a un punto medio sin discusiones ni malentendidos. La familia debe tener en cuenta qué es lo que desea el mayor, qué necesidades tiene y qué tipo de enfermedad padece, así nos aseguraremos de que escogemos la opción que le garantice la mejor calidad de vida posible, intentando mantener al máximo su autonomía.
Los servicios de ayuda en domicilio, acompañamientos hospitalarios o acompañamientos médicos y actividades de ocio, pueden suponer una oportunidad excepcional para mantener y mejorar las diferentes capacidades con las que cuenta el usuario. Fomentar la autonomía en las actividades de la vida diaria puede ser tan simple como entrar en una consulta durante un acompañamiento médico, elegir y pagar un desayuno en un bar con supervisión si fuera necesario, elegir la ropa que nos ponemos cada día con la persona que presta el servicio de apoyo en domicilio…
En Gerosol asistencia empoderamos a nuestros beneficiarios y ayudamos a las familias a comprender a sus mayores, buscando la mejor opción para sus cuidados. Con Gerosol, ganas en tranquilidad.
Todos necesitamos sentirnos aceptados y valorados para tener una autoestima positiva, así como motivación para desarrollar al máximo nuestro potencial. Además, recuerda, nunca te limites por lo que no puedes hacer, sino a lo que tienes el poder de hacer con lo que tienes.