Atención sanitaria integral de los Trastornos de la Conducta Alimentaria

Es innegable que el marketing de la belleza es un negocio a gran escala en muchos ámbitos de la vida. Sabemos que los medios de comunicación influyen, pero es casi imposible tomar conciencia del poder que ejercen sobre cada uno de nosotros. La persona tiene un “esquema” perceptivo/emocional que le dice si se ajusta o no a los patrones de belleza que la sociedad propone e impone. Pero quien sigue esta consigna al pie de la letra se arriesga a tener que pagar un alto precio en términos de salud física y psíquica. Quizá esto explique el aumento paulatino de la aparición de trastornos relacionados con la imagen corporal y con la alimentación.

Cuando la obsesión por la delgadez supone un problema

¿Conoces la diferencia entre anorexia y bulimia? Os detallamos todo lo que necesitas saber para detectar estos trastornos a tiempo y que seas capaz de ponerle freno antes de que mermen la salud física o mental de alguien a quien quieres.

Aunque ambos son trastornos de la conducta alimentaria (TCA), una diferencia entre anorexia y bulimia radica en la forma en la que la persona afectada se comporta ante la comida. De hecho, a veces el paciente sufre ambos trastornos, ya sea de manera sucesiva o alternándolos. Por un lado, la anorexia se caracteriza por un miedo a engordar, acompañado por la sensación de verse y sentirse gordo/a, por lo que la persona deja de comer. Por otro lado, la bulimia no sólo implica el componente del miedo a estar gordo o a engordar, sino que, además, el bulímico padece un sentimiento de descontrol ante la comida. De hecho, en este caso, el individuo come desmesuradamente y, puesto que se siente culpable, acto seguido se provoca el vómito.

Los TCA aparecer con mayor incidencia en la adolescencia, aunque también pueden manifestarse en la edad adulta. Tanto es así, que aunque creamos que es prácticamente imposible ver a un adulto mayor con anorexia o bulimia, la verdad es que estos casos ocurren y es importante conocerlos para poder ponerles igualmente remedio.

Por ejemplo podemos escuchar el siguiente discurso: “Esta es la primera vez, después de 44 años, que le digo a alguien que cuando era adolescente comía en exceso y después me provocaba el vómito… actualmente, de vez en cuando lo vuelvo a hacer porque no me gusta la forma de mi cuerpo, porque he subido mucho de peso… pero, qué vergüenza me daría que mis hijas se enterarán de esto…”, pues bien, estas palabras podrían ser de cualquier paciente de más de 60 años.

El grave problema de los trastornos de alimentación en adultos mayores es que se desconoce que también a su edad pueden ocurrir, entonces muchos familiares relacionan los síntomas de pérdida de peso y vómito como síntomas normales del envejecimiento en lugar de relacionarlos con un trastorno mental.

Además de que los trastornos alimenticios pueden surgir en edades avanzadas, lo que también puede ocurrir es que muchas de estas personas hayan sufrido trastornos alimenticios en su juventud y estén teniendo recaídas.

Una de las principales preocupaciones sobre los trastornos alimenticios es que tienen efectos devastadores en casi todos los sistemas del cuerpo. En la vejez, estos sistemas son menos resistentes sólo por el proceso de envejecimiento, por lo que los trastornos de alimentación pueden erosionarlos más grave y rápidamente.

Una recuperación posible con la atención adecuada

Entre los mayores mitos alrededor de los TCA está la creencia de que es una elección, es decir, un acto voluntario, caprichoso… y no un trastorno psicológico. Otras personas piensan que es una alteración de la que es imposible recuperarse. Ambas creencias son erróneas.

Actualmente la investigación señala, como media entre los diferentes trastornos, que un 50% de las personas que padecen un TCA, con ayuda de un tratamiento médico y psicológico, podrán recuperarse totalmente.

Patricia, andaluza y madre de una joven con anorexia, ha echado mano de Change.org para reclamar unidades especializadas en trastornos de la conducta alimentaria, es decir, un lugar donde den una atención integral a personas con anorexia y bulimia. Entregó las más de 315.000 firmas que ha recogido para que Andalucía tenga su propia unidad especializada, como ya sucede en algunas comunidades autónomas. Aleixandra, hija de Patricia, padece anorexia desde los 13 años y a sus 21 ha estado cerca de morir en varias ocasiones.

Gracias a este movimiento, la Junta de Andalucía se ha comprometido a abrir dos de estas unidades especializadas en septiembre. Patricia está feliz con todo lo que está consiguiendo con su campaña, pero no descansará hasta que este compromiso sea una realidad.

Recordemos que la soledad, el aislamiento social y la falta de recursos hace que muchos mayores dejen de comer. Algunos llegan a perder varios kilos en un mes. Aunque tu ser querido no esté listo para reconocer que tiene un problema con la comida, puedes iniciar el camino expresando tu preocupación y tu deseo de escuchar.