Alzheimer: la piel es una vía de comunicación preciosa

“A veces parece que no me escuche. Me mira pero cuando le hablo se encuentra como ausente. En otras ocasiones me responde pero no tiene nada que ver con lo que le pregunto”.

Resulta cada vez más común saber de algún conocido que tiene un familiar con Alzheimer, una de las patologías más crueles que existen y capaz de borrar los recuerdos de toda una vida. Puede ser incluso que tengamos algún familiar aquejado o que ha fallecido como consecuencia de esta enfermedad. Sin embargo, muchas veces nos aparecen  grandes dudas sobre cómo tratar a una persona que padece Alzheimer. Una de las que preocupan a más gente es cómo hablar a las personas que tienen esta enfermedad, pues sabemos que requieren cuidados especiales, pero sobre el trato social no hay tanta información. Por ello, en Gerosol queremos ayudarte a conocer los mejores consejos para hablar con una persona que padece Alzhéimer.

Antes de pasar a dar consejos más específicos sobre la comunicación, nos gustaría recordar que las células del cerebro en el hipocampo, una parte del cerebro asociada al aprendizaje, suelen ser las primeras en dañarse por la enfermedad de Alzheimer. Por lo tanto, la pérdida de la memoria, especialmente la dificultad para recordar información recibida recientemente, suele ser el primer síntoma de la enfermedad. Además, cabe señalar que solo en España, se estima que hasta 800.000 individuos la sufren.

Expresarse y entender, cobran gran importancia en el día a día. El paciente pierde paulatinamente su capacidad de comunicación, ante lo cual poco se puede hacer. Sin embargo, como familiares o cuidadores debemos aprender a expresarnos para que nos entienda y a comprender qué nos quiere decir el enfermo. La paciencia y la voluntad son las claves en las que se basan los siguientes consejos para comunicarse con un enfermo de alzhéimer.

Debes tener presente los dos elementos básicos de la comunicación: verbal y no verbal. Ambos juegan un papel igual de importante para hacerte comprender.

Conviene utilizar un tono de voz suave. Muchas personas tienden a hablar alto cuando alguien no oye bien o no comprende lo que le decimos. Sin embargo, incluso en las personas con déficit auditivo, esto no sirve para nada. Un tono de voz elevado transmite enfado o agresividad, que es lo que percibirá el enfermo que no puede comprender el contenido de nuestro mensaje verbal.

Siempre es más eficaz plantear preguntas cerradas, que se respondan con un sí o un no. Por ejemplo, en vez de preguntar “¿qué quieres comer?” es mejor hacer varias preguntas con las diferentes opciones: “¿quieres una sopa?”, “¿quieres una tortilla?”… Además, no debes hacer preguntas negativas, puesto que generan confusión: “¿tienes hambre?” es preferible a “¿no tienes hambre?”. Por último, hay que esperar a que la persona responda antes de hacerle una nueva pregunta.

Un vocabulario sencillo, con palabras y expresiones de uso común y fácil de entender es lo más adecuado para hablar con una persona con alzhéimer. Intenta evitar términos complejos y sustitúyelos por esas palabras que la persona ha utilizado siempre. Al escuchar expresiones que le resulten familiares, la persona se sentirá más motivada.

A nivel no verbal hay que hacer uso de gestos, señales y mímica que ayuden a comprender mejor tus frases. Hay que procurar que las expresiones no verbales transmitan con exactitud y sin ambigüedades nuestro mensaje.

La expresión facial debe ir en consonancia con aquello que queremos transmitir. Al hablar con una persona con alzhéimer es útil sonreír para hacerle llegar cariño y calma. Los enfermos de alzhéimer son sensibles al estado de ánimo de quienes les rodean y esto puede influir en el suyo propio. De ahí la importancia de transmitir tranquilidad, seguridad y alegría.

Si utilizas las manos para señalar objetos o para indicar que haga algo, debes procurar que sean suaves, sin brusquedad sin prisa y sin imprevistos. Conviene señalar los objetos de los que estás hablando para facilitar la comprensión. Por ejemplo, durante el aseo puedes enseñarle el cepillo del pelo al mismo tiempo que le dices “ahora te voy a peinar”. O, incluso, puedes hacer tú el gesto de peinarte para que comprenda lo que vas a hacer.

Entender lo que quiere transmitir la persona con alzhéimer también puede resultar complicado. Es conveniente saber reaccionar en cada momento y poner especial atención cuando ya no es capaz de hablar con coherencia, cuando repite siempre la misma frase o cuando solo emite sonidos ininteligibles.

Prestar atención tanto a lo que dice como a lo que expresa con sus gestos y su lenguaje corporal. Es importante notar si está relajado o, por el contrario, se muestra tenso, tembloroso o inquieto, ya que esto puede denotar que algo le está produciendo ese estado. En ese caso, habrá que buscar la causa utilizando las pautas que hemos explicado antes.

También es necesario dejarle hablar, animarle a responder y estimularle todo lo posible para mantener la comunicación verbal aunque no sea coherente. Con esto le ayudaremos a evitar el aislamiento.

Saber ponernos en el lugar de la persona que padece Alzheimer es básico para poder ofrecer una buena atención. Además, tener siempre en cuenta quien es la persona, su manera de ser, sus gustos y preferencias, y continuar respetándola este es el sello de calidad de Gerosol, nos ocupamos y preocupamos por las personas en situación de dependencia, nuestra verdadera vocación. 

Por cierto, ¿has viajado alguna vez a un país cuyo idioma desconozcas? ¿Cómo te has sentido cuando has querido comunicarte con una persona que no entiende tu idioma? Estas preguntas son un pequeño ejercicio de empatía que pueden ayudarte a ti también a ponerte en la situación de una persona con Alzheimer que comienza a ver afectada su capacidad para comunicarse.

Nadie dispone de un “manual de instrucciones” que indique cómo afrontar el día a día con un ser querido con Alzheimer, ni cómo interpretar y manejar las sensaciones y emociones que se pueden ir experimentando, al mismo tiempo que la enfermedad va evolucionando. Por tanto, ten presente que lo que hoy funciona puede no funcionar mañana. Cada persona es única e igualmente lo que funciona con una persona no tiene por qué funcionar con otra. Hay que probar y ver que funciona mejor con cada persona con Alzheimer.

Si nos abrimos al lenguaje emocional y corporal abrimos nuevos canales de comunicación, más afectivos y efectivos para la vida de una persona que padece la enfermedad de Alzheimer. Dotar de sentido sus vidas a través de las distintas versiones y canales de comunicación existentes, representa uno de los más bellos y complejos retos de nuestro tiempo.