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CORTISOL LA HORMONA DEL STRESS Y EL ADULTO MAYOR

El sistema endocrino está conformado por glándulas que producen hormonas,  que viajan a través de la sangre hasta otros órganos que regulan y controlan varias funciones del organismo.

La glándula principal del sistema endocrino es el hipotálamo, que está en el cerebro y produce unas hormonas que se almacenan en la hipófisis y al mismo tiempo se producen otras que afectan al funcionamiento de otras glándulas, como la tiroidea, las paratiroides, las suprarrenales, el páncreas, los ovarios, los testículos y las glándulas mamarias.

Particularizando en las glándulas suprarrenales se produce en la parte superior de cada riñón y actúa como un neurotransmisor en nuestro cerebro, producen dos hormonas: aldosterona y cortisol, siendo la segunda cortisol la que trataremos en este blog. El cortisol o la hormona del estrés, se encarga de dar respuesta al éste y regular la descomposición de la glucosa, las proteínas y las grasa, además de tener efectos antinflamatorios y antialérgicos.

Es una de las hormonas que suele permanecer invariable, aun cuando se produce en menor cantidad, lo que puede afectar a la capacidad de adaptación del organismo al medio ambiente, favoreciendo la fragilidad gradual de las personas mayores.

El cortisol es una de las hormonas cuya presencia en sangre, durante el paso de los años, suele permanecer inalterada o solo presentar reducciones leves. Ésta se estimula y las glándulas suprarrenales la segregan, cuando una persona sufre una situación de tensión o de estrés, encargándose de preparar el cuerpo para una respuesta de ‘huida’,  aumentando los niveles de glucosa en la sangre como fuente de energía inmediata.

De esta manera, un adulto mayor en situaciones continuas de estrés y como consecuencia del cortisol, aumenta la presión arterial teniendo como consecuencias enfermedades crónicas del corazón, infartos, problemas cardio y cerebro vascular, al deterioro cognitivo (aprendizaje y memoria), interfiere con el sistema inmune, y está relacionado a enfermedades crónicas como la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y a la disminución de la masa ósea. Además de hacer difícil conciliar el sueño y más aún lograr un sueño profundo.

Existe también otras causas orgánicas que pueden aumentar el cortisol, como son: Enfermedad de Cushing, la cual ocurre cuando la hipófisis produce demasiada adrenocorticotropina ACTH, por sus siglas en inglés. O la aparición de un tumor de la hipófisis puede causar esta afección.

Cuando los niveles de cortisol están balanceados nuestros órganos y sistemas funcionan en armonía. Sin embargo, cuando esta hormona se mantiene elevada puede derivar en una alteración endocrina conocida como “hipercortisolismo”, que produce efectos muy negativos en las funciones de las células de todo el cuerpo, como se detalló en el párrafo anterior.

De esta manera podemos observar, que el cortisol en equilibrio, ayuda a lidiar con los problemas cotidianos y a permanecer alerta ante las dificultades. Entre sus funciones están: elevar los niveles de glucosa en la sangre, modular el sistema inmunológico y mediar los procesos metabólicos de las grasas, proteínas y carbohidratos, así como la movilización de la energía. Sin embargo, su estimulación prolongada debido a estar sometido a estrés crónico, causa daño al organismo, lo que equivale a decir que nuestro cuerpo está en un estado de lucha o pelea interna y todos los sistemas, indispensables para la supervivencia, no funcionan como deberían.

Asimismo, existen investigaciones que, indican que dificultades socioeconómicas, la sensación de inseguridad ante el futuro y sentimientos desmoralizadores por desventajas sociales, pueden afectar la reactividad emocional, conductual y fisiológica del cerebro de los individuos que las sufren.

El adulto mayor con una vida laboral culminada y al no aportar económicamente en su núcleo familiar, se convierte en una carga debido a los gastos, convirtiéndose en una persona vulnerable, que requiere atención de sus necesidades básicas como lo son alimentos, protección, salud, higiene, vivienda y apoyo emocional o psicológico como contacto físico, caricias, abrazos, entre otras expresiones.

Esta situación dependiendo del significado que le dé el adulto mayor a los diferentes eventos, al ser valorada de manera positiva la situación es beneficiosa, pero si por el contrario lo identifica como amenazante o desafiante desencadenaría la respuesta de estrés.

Algunas personas mayores evidencian altos niveles de estrés, causados por la jubilación, pérdida de las funciones físicas, enfermedad, dependencia, aislamiento familiar, de este modo se reduce la vida social y al mismo tiempo se observa como disminuyen sus capacidades tanto motoras como mentales.

Otros, tienen la capacidad de adaptación al contexto en el que se encuentran y es posible que cuenten con una personalidad resistente, con características y rasgos que le permitan la disminución de los generadores de estrés.

Un factor que afecta la variable de estrés, es el entorno en el que interactúa el adulto mayor, debe encontrarse en un ambiente tranquilo, tener pocas preocupaciones, contar con personas que los motiven y acompañen constantemente. Convivir con otras personas en armonía, ser visitados por los familiares o vivir con los familiares en su entorno es lo que Gerosol Asistencia reafirma para poder controlar las emociones del adulto mayor.

El contexto y la resiliencia que poseen las personas mayores son herramientas que facilitan la adaptación a dicha condición, transformando de este modo las historias de vida, continuando con sus vidas sobrellevando las limitaciones y adversidades que se les pueda presentar, de esta forma se reducen los niveles de ansiedad y estrés.

La cualidad que mejor describe al adulto mayor es la sabiduría, obtenida a través de las vivencias tanto propias como ajenas, las debilidades que se presentan en esta etapa son por el temor a la muerte o la desesperanza. Generar una mirada sobre los valores y respeto hacia el adulto mayor es una solución para mantener los niveles de cortisol en equilibrio y asi también la calidad de vida de los adultos mayores.