Antes de continuar entendamos, ¿qué es una Meta personal? Las metas personales son representaciones mentales conscientes sobre estados que una persona quiere alcanzar o mantener en el tiempo futuro. Las metas son importantes en todas las etapas de la vida, y puntualmente en la vejez adquieren mayor relevancia porque otorgan un sentido a nuestra trayectoria evolutiva, nos orientan a un futuro deseado.
Ya cumplidas las obligaciones contraídas con los hijos y en el retiro laboral, los adultos mayores pueden y deben emprender nuevos aprendizajes, nuevos proyectos, retomar metas postergadas con dinamismo, pasión y lucidez.
El aprendizaje como meta es una motivación muy fuerte en los adultos mayores para iniciar una tarea, desarrollar un proyecto o profundizar en un tema, y está directamente relacionada a su capacidad intelectual, pero también a ese factor motivacional y al entorno facilitador.
La capacidad de aprendizaje en los adultos mayores continúa siendo realmente amplia, sobre todo si también se mantienen altos los factores motivacionales que cada uno de los sujetos dispone.
Existen estudios que han demostrado que es posible aprender la misma clase de conocimientos y habilidades a los sesenta y cinco años que a los dieciocho. No obstante, hay factores, que pueden influir en que se dé un deterioro en el rendimiento de la persona mayor, como el deterioro de ciertas facultades mentales que sufren con el paso del tiempo, como la memoria, la capacidad de concentración y la agilidad mental, pero son facultades que pueden compensarse con una alta motivación y un gran interés hacia la tarea, y por sobre todo, con un ambiente favorecedor y positivo.
Es muy satisfactorio para la familia y para las personas más cercanas del adulto mayor, ver el interés y constancia con el cual estudia una lengua extranjera, o es capaz de interesarse apasionadamente por áreas tan variadas como la teología, el deporte, la historia, la música, la pintura, la geografía, el bricolaje, la cerámica, el turismo, entre otros.
Es una de las mejores formas de envejecer, interesarse por aprender cosas nuevas en esta edad, y es sin duda una herramienta para reducir los sentimientos de soledad y aislamiento; es la forma de demostrarse a uno mismo que aún queda mucho por hacer y que el fin de sus actividades ya no están, es un renacer en el propio ser “saber por saber”, es el disfrute de “aprender, porque me interesa esta actividad de forma personal”.
La inteligencia de una persona no se detiene a ninguna edad determinada. Factores individuales como la creatividad y la curiosidad del ser humano pueden y deben seguir desarrollándose siempre.
Si el adulto mayor se rodea de un ambiente estimulante y tiene a su alcance la posibilidad de realizar actividades que resulten de su agrado e interés, es posible y muy probable no solo que aumenten sus facultades cognitivas (mentales) sino que aumente también el sentimiento de gratificación personal y con él la calidad de vida percibida. Factores positivos para un envejecimiento activo en positivo.
Consecuentemente, la educación y la formación no debe tener límite de edad, sin embargo, todas las personas envejecen de forma diferente, y por lo tanto, los desgastes que repercuten en la memoria también se manifiestan de distintas maneras en cada uno de ellos, además de diferencias individuales debido a características de la personalidad y el cúmulo de experiencias de cada cual.
Es importante destacar, que el adulto mayor presenta menor deterioro de sus facultades intelectuales siempre y cuando se mantenga activo y productivo, cualquiera que sea la actividad laboral y/o recreativa que realice.
Son cada vez más los adultos mayores que comprenden que lo mejor de la vida no tiene porque ser lo que ya pasó. Aunque con metas alcanzadas y un camino hecho, la tercera edad brinda la posibilidad única de realizar todo aquello que, quizás por falta de tiempo o muchas obligaciones, en algún momento se postergó, es decir, todavía hay Metas por alcanzarse y retos para seguir adelante y nunca rendirse.