En nuestra identidad como seres vivos también somos seres sociales que necesitamos estar con otras personas y relacionarnos con ellas. Por ello, el contacto físico, el tocarse cuando hablas con alguien, las caricias, los besos y abrazos son diferentes muestras de afecto esenciales en las relaciones que tenemos con los demás. También es un lenguaje universal que nos permite comunicarnos y conectarnos de manera profunda. ¿Cuándo fue la última vez que diste un abrazo? Esta pregunta puede parecer extraña, pero, la realidad es que los abrazos son tan buenos para la salud como una buena alimentación, hacer ejercicio y otros hábitos saludables.
Los abrazos pueden significar:
- Saludo/despedida.
- Te he echado de menos.
- Me alegra mucho verte.
- Lo siento, perdón.
- ¡Hemos ganado!
- Estoy orgulloso de ti.
- Quédate conmigo.
- Me alegro por las noticias.
- ¡Felicidades!
- Me encanta tu compañía.
- No te preocupes que todo va a salir bien.
- Aquí estoy para lo que necesites.
- Te deseo.
- Te quiero.
Cuando experimentamos contacto físico, nuestro cerebro libera oxitocina, conocida como la «hormona del bienestar», que contribuye a generar sentimientos de calma, confianza y conexión emocional. Además, el afecto físico puede reducir el estrés, disminuir la sensación de soledad y promover un estado de ánimo positivo. Por tanto, tiene múltiples beneficios.
Para mí, los abrazos son la muestra de afecto más poderosa que existe. Tenemos miradas, tenemos las palabras, las caricias, incluso los besos, todos ellos para demostrar nuestro cariño a otras personas, pero para mí los abrazos están un paso muy por delante, por todo el cúmulo de sensaciones que me hacen sentir.
Indudablemente en mi corazón atesoro cientos de abrazos con ternura y nostalgia: el abrazo que me doy con mi madre diariamente, el que me daba con una gran amiga, el que me daba con mi abuelo cuando nos veíamos, el que me doy de manera inesperada con mis hermanos o los achuchones espontáneos de mi sobrino. Dar abrazos a nuestros seres queridos es una de las sensaciones más maravillosas que existen.
Dependiendo de la esfera en la que nos movamos por supuesto que la forma en que expresamos nuestro afecto es diferente. No es lo mismo cómo expreso a un compañero de trabajo mi cariño en su cumpleaños dentro de la oficina, o cómo lo hago luego en el bar de abajo. O cómo no lo expreso igual a mi familia que a mis amigos o a mi pareja.
Creo que todo el mundo, desde el bebé más pequeño a la persona más mayor, sabe que se siente muy bien cada vez que recibe y da un abrazo. Podrá no saber las hormonas que segregamos o las partes de nuestro cuerpo que se activan, pero todo el mundo sabe cómo nos hace sentir un abrazo.
Para que un abrazo sea efectivo debe durar, al menos, veinte segundos. Los abrazos que socialmente nos damos suelen durar tres segundos. Por tanto, para conseguir los beneficios de los abrazos y sentirnos mejor, debemos dar y recibir no solo más abrazos, sino que éstos sean más largos.
En Gerosol, los profesionales ofrecemos muestras de afecto, como el abrazo a todas las personas en situación de dependencia, ya que somos conscientes de que es una magnifica manera de cuidar y también un estupendo analgésico para combatir tanto el dolor físico como la soledad.
Muchas personas reaccionan de igual manera: sus ojos se iluminan y su rostro se relaja. Y es que rodear con nuestros brazos a otras personas es un oasis de bienestar incluso en los espacios más concurridos. No dejes para mañana los abrazos que puedas dar hoy.