Tabaquismo: Una adicción social

Muchos momentos claves de la vida en nuestra sociedad están asociados al consumo de cigarrillos: bodas, bautizos o cualquier tipo de celebración social. Las personas adictas al tabaco comienzan a fumar a temprana edad, mayoritariamente en la adolescencia. Entre los diversos motivos está el imitar a determinados ídolos o personas que uno admira como padres, profesores, artistas, deportistas o amigos que tienen el mal hábito de fumar. Así que es importante que nos informemos acerca de la adicción, que la Organización Mundial de la Salud ha catalogado como la primera causa de muerte prematura en el mundo.

Una enfermedad de adicción física y psíquica

El tabaquismo es considerado una enfermedad adictiva, lo mismo que el alcoholismo o la dependencia a otras drogas prohibidas como la cocaína y la heroína. Tan sólo un cigarro contiene más de tres mil compuestos químicos que llegan directo a la sangre y viajan por todo el organismo, haciéndolo propenso a desarrollar innumerables enfermedades. La persistencia en el consumo se da porque el fumador desarrolla una dependencia física y psicológica.

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La dependencia física es debido a que la nicotina es una sustancia altamente adictiva, y   tras un breve periodo de consumo, el organismo se adapta a la sustancia y necesita dosis cada vez más altas. Por otra parte, la dependencia psicológica se asocia con una sensación placentera causada por los efectos físicos de las sustancias. Además, como cualquier otro comportamiento repetido, la conducta se automatiza y el acto se vuelve parte de la vida cotidiana.

La industria tabaquera hace uso de herramientas sutiles pero eficientes para fomentar el inicio al tabaquismo, incluso a edades tempranas: lanza marcas baratas, más accesibles para los jóvenes; presenta los cigarrillos como algo que les convierte en adultos; relaciona el consumo de tabaco con actividades que tienen un fuerte impacto en la gente muy joven como determinados deportes y actividades de riesgo. Esto incita a que el joven pruebe el tabaco y a continuación experimente un proceso de adicción o “engancharse”, para poco a poco desarrollar dependencia a la nicotina. Así consiguen clientes fieles que les durarán años.

Enfermedades asociadas al consumo activo y pasivo

Es bien sabido que fumar tabaco causa graves daños a la salud de las personas. Reseca gravemente la piel, deteriora los órganos internos, dificulta la circulación, disminuye la capacidad pulmonar, causa cáncer y endurecimiento de las arterías, hipertensión, enfermedades del corazón, gastritis, colitis, ulceras entre otros efectos, pero a pesar de ello, su consumo está muy extendido en todo el mundo.

El tabaquismo no sólo afecta a la salud de los fumadores, sino también a la personas no fumadoras que están expuestas al humo de tabaco por convivir con fumadores. Se los denomina fumadores pasivos porque su organismo también se ve afectado por las toxinas y sustancias nocivas del humo de tabaco. En especial, esta situación resulta sumamente perjudicial para los niños pequeños.

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Durante los últimos años, especialmente con la prohibición de fumar en espacios públicos, el consumo del tabaco se ha reducido, aunque sigue siendo relevante. Abandonar el hábito del tabaco es un deseo fuerte para muchos fumadores, y cada vez más se plantean dejar el consumo para siempre. Para ello, existen diferentes opciones, desde fármacos, parches o chicles de nicotina, hasta otros métodos, más personalizados, como la acupuntura e incluso terapias de grupo.

La prevención y el control de la epidemia del tabaquismo pasan por la concienciación y el compromiso social de todos. Sólo así conseguiremos que cambie la percepción que tiene nuestra sociedad sobre el tabaquismo, alcanzando así una mejor salud para todos.

Fuentes de información

http://www.fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular/fumar-tabaco-tabaquismo.html

http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/dejar-fumar/san005150wr.html