OFICIOS QUE NOS ENSEÑAN LAS PERSONAS MAYORES, LA EXPERIENCIA CUENTA

¿Qué son los oficios?

Un oficio se suele relacionar a trabajos manuales o tareas que se aprenden mientras se está trabajando en un área determinada. Podemos mencionar algunos ejemplos de oficios a los zapateros, carpinteros, los gasistas, cocineros, electricistas, peluqueros y barberos, entre otros.

Es importante tener presente que preservar los viejos conocimientos, oficios, usos, costumbres, artesanías y tradiciones, es hasta tal punto trascendental que si bajamos la guardia acabaremos olvidándonos de quiénes somos y de dónde venimos, se perderá nuestra identidad. Es así como, aquellos oficios tradicionales merecen un enorme respeto.

Muchas de los oficios que emprendieron nuestros padres y abuelos ya no existen, otros aún perduran, pero corren serios riesgos de desaparecer en los próximos años. Estos oficios tradicionales, que solo pueden ser transmitidos por las personas mayores a los más jóvenes, debido a sus conocimientos por experiencia de los mismos, se están extinguiendo en España, debido a la modernización de sus procedimientos para realizarlos.

Hoy día es importantes que nuestras personas mayores garante de algún conocimiento y experiencia en algún oficio tradicional, nos los transmitan a la generación actual, de esta manera al enseñar un oficio, los mayores recuperan un rol social y fortalecen su autoestima y su imagen frente a los miembros de su comunidad. Por su parte, los aprendices tienen la oportunidad de mejorar su situación laboral a través de la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades.

Nuestros mayores tienen aún mucho más para aportar, y además, quieren hacerlo.

Pero conozcamos algunos de estos oficios tradicionales que aún se encuentran pocas personas mayores realizándolos, que han transmitidos sus conocimientos y pueden seguir transfiriendo. Entre estos se encuentran: reparadores de calzados, costurera/sastre, relojeros, alfareros,

Reparadores de calzado

Según el BLS, en 2024 habrán desaparecido un tercio de los reparadores de calzado. La razón es clara: cada vez se usan más zapatillas (que no suelen arreglarse) y menos zapatos y, además, pocos piensan ya en que estos duren más de dos años. Si se rompen se tiran, pues comprar un nuevo par es cada vez más barato. Una mala noticia no sólo para este ancestral oficio, sino también para el Medio Ambiente.

Costureras y Sastres

Costeras y sastrería siempre se interpretó como el arte que consiste en la creación de prendas de vestir principalmente masculinas (traje, pantalón, chaleco) de forma artesanal y a medida, o no, diseñado exclusivamente de acuerdo con las medidas y preferencias de cada cliente, sin hacer un uso estandarizado de numeración preexistente. Este oficio ha estado presente desde hace muchísimos años, pero también se ha visto resentida.

Relojeros

Los relojeros luchan por preservar un oficio que, ante la falta de escuelas, corre el peligro de desaparecer.

Este es el caso de Juan José Ontalva. A sus 86 años, este relojero sigue ligado a la ocupación que heredó de su padre y de su abuelo, «En mi época, los hijos imitábamos a nuestros mayores. Consideré que mi destino era ser relojero, y lo acepté con mucho gusto. Yo, sigo enganchado al oficio», asegura. Seis décadas de trayectoria entre manecillas y engranajes son las responsables de que algunos de los (cada vez más escasos) profesionales que siguen activos en la capital hayan pasado por sus manos.

Manuel Santolaya, a sus 59 años, representa la quinta generación de relojeros de su familia. «Yo me he criado aquí, en el taller con mi padre», señala desde la trastienda de la Relojería Santolaya (Murillo, 8), especializada en piezas del siglo XVI al XIX. Quien a enseñado a su hija Arantxa este oficio. «Este es un oficio que engancha. Es casi como un vicio», prosigue Santolaya. «En relojería antigua, siempre te encuentras con mecanismos que, por su complejidad, te motivan y te animan a la hora de dar vida a relojes de más de 300 años«.

Alfarero

El alfarero es un oficio de tradición desde hace siglos. Existen muy pocos alfareros, dice Antonio de 59 años, quien es el único alfarero que queda ya en Triana. Nació en La Rambla, Córdoba, donde existe una tradición alfarera desde hace siglos. Allí aprendió la profesión. «Soy alfarero por vocación, disfruto transformando el barro en vasijas, botijos, cántaros, macetas,… de forma artesanal». Lleva más de treinta años en la capital, le gusta innovar y adaptarse al mercado, trabajan cuatro de sus seis hijos. El mayor ha abierto su taller en Madrid sus hijos cogerán la «antorcha» de la alfarería.

Entoladora

Mujeres que tienen el oficio de confección de trajes, velos y mantos de novia entolados a mano, así como batones de bautizo, trabajo de restauración sin usar en absoluto la máquina de coser. Son obras de arte que podrán transmitirse de generación en generación, dando una luz especial y un carácter único y original. Las abuelas las que solían tener dichos textiles como verdaderas “joyas” que se usaban en ocasiones muy especiales.

«Piezas perdidas, entolado y zurcido de encajes, sustitución de partes irrecuperables por otras nuevas… de tal forma que sean casi imposibles de diferenciar». María, de 53 años, es de la pocas entoladoras de Sevilla. «Yo enseño a mucha gente, lo que sucede es que no se tiene paciencia.

Carbonero

Unos de los oficios históricos en España. Las carbonerías siguen aguantando el paso del tiempo, un negocio que mantiene viva la llama.

La carbonería de la calle Jaen, José Javier es el dueño a continuado así con el negocio que creó su padre desde el 1966, quien transmitió su conocimiento a su hijo. Carbón para barbacoas, cisco para el brasero, leña para chimeneas es lo que podemos encontrar, el tizne inunda todo el local.

En el siguiente link podrás encontrar un hermoso video de uno de los ultimos carboneros de Madrid – fuente: telemadrid.es

https://www.telemadrid.es/programas/mundo-madrid/ultimos-carboneros-Madrid-2-1989121116–20180226022922.html

Luthier

Robert Louis Baille: «mientras haya músicos, habrá luthiers. Van de la mano»

Un luthier es una profesión muy interesante y antigua, el luthier se dedica a ajustar y reparar o fabricar instrumentos de cuerda, esto incluye violines, guitarras, pasando por mandolinas y laúdes. … La RAE define Lutier como persona que construye o repara instrumentos musicales de cuerda.

El oficio de luthier se ha convertido en un arte excepcional, y, desde la selección de las maderas hasta el último barnizado, todo el proceso se efectúa mediante técnicas muy depuradas hechas a mano. «Un violonchelo tiene tres meses de trabajo, y un violín, un mes», explica el maestro francés Robert Louis, de 56 años, que lleva más de dos décadas en Sevilla.

Los instrumentos necesitan un mantenimiento. Son los médicos de los músicos. En Sevilla no hay muchos luthiers, sólo hay tres reconocidos, y en este taller también se fabrica la cuerda, uno de los pocos sitios del mundo que se ha atrevido a hacerlo.