LA DEPRESION EN EL ADULTO MAYOR

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La depresión ha tenido una presencia constante a lo largo de la historia de la humanidad, sin embargo, en las últimas décadas ha experimentado un notable incremento, la presencia de ésta sintomatología constituye uno de los problemas de salud más frecuentes en los adultos mayores e impacta fuertemente su calidad de vida.

A escala mundial, la incidencia de esta enfermedad es hasta 2 veces más alta en las mujeres que en los hombres. La OMS sitúa la incidencia de la depresión (clínicamente diagnosticable) entre la población de los países más desarrollados en un 15%. Según el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en su proyecto de investigación Quality of Life and Ageing in Spain, Sweden and Portugal (QASP), en España, un 20 por ciento de las personas mayores de 65 años declara niveles altos de soledad, un 25 por ciento de aislamiento social y una de cada cuatro personas mayores de 65 años en España sufre depresión.

Ninguna enfermedad mental y muy pocas enfermedades médicas conllevan un grado de sufrimiento subjetivo tan intenso como los trastornos depresivos. Se puede conceptualizar como un trastorno mental afectivo caracterizado por la presencia de síntomas como la tristeza, la pérdida de interés y la incapacidad para experimentar sentimientos de placer, que se hace crónica en la mayor parte de los pacientes y que evoluciona en episodios recurrentes. Este padecimiento se refleja en sintomatología como: cambios en el apetito o peso, modificación de los patrones del sueño y de la actividad psicomotora; falta de energía; sentimientos de infravaloración o culpa; dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones, y pensamientos recurrentes de muerte, planes o intentos de suicidio (Organización Mundial de la Salud, 1996).

Los episodios depresivos se clasifican como leves, moderados o graves, según el número de síntomas y su gravedad. En un episodio leve, en general, el paciente puede llevar a cabo la mayoría de sus actividades de la vida diaria. En un episodio moderado tiene grandes dificultades para llevar a cabo sus actividades de la vida diaria. En un episodio grave, la mayoría de los síntomas están presentes de forma intensa y las ideas de suicidio y otros intentos de autolisis son frecuentes.

Es erróneo creer que es normal que los ancianos se depriman. La depresión en los ancianos, si no se diagnostica ni se trata, causa un sufrimiento innecesario para el senescente y su familia. Con un tratamiento adecuado tendrían una vida placentera. Las depresiones subyacentes en los ancianos son cada vez más identificadas y tratadas por los profesionales de salud mental.

Factores de riesgo asociados a la depresión del Adulto Mayor

La depresión es un proceso multifactorial y complejo cuya probabilidad de desarrollo depende de un amplio grupo de factores de riesgo, sin que hasta el momento haya sido posible establecer su totalidad ni las múltiples interacciones existentes entre ellos. Se desconoce el peso de cada uno de ellos en relación a las circunstancias y al momento de la vida en que se desarrolla. Es importante determinar los factores de riesgo para desarrollar estrategias efectivas de diagnóstico y tratamiento.

Las situaciones psicosociales, físicas y biológicas son los principales factores que marcan las características del colectivo anciano. La primera viene marcada por la disminución del soporte sociofamiliar, la pérdida del estatus tanto social como económico y el mayor aislamiento social; esta problemática se ve agrandada por la menor capacidad y los menores recursos que las personas mayores tienen para adaptarse a estas nuevas circunstancias. La situación física se caracteriza por la frecuente aparición de enfermedades físicas, con la consiguiente discapacidad que originan éstas. Finalmente, la situación biológica presenta como principales condicionantes las enfermedades físicas y los fenómenos neurodegenerativos, que pueden conducir a la aparición de cuadros depresivos.

El modelo conceptual llamado “el ciclo de la depresión” (Imagen 1) es de utilidad para explicar cómo un síntoma puede estar relacionado a otro, y qué aspectos deben ser tratados, para lograr un manejo integral de la patología. La persistencia de factores que afecten alguno de estos ámbitos, se traduce en un círculo vicioso que dificulta el tratamiento eficaz de la depresión. Refleja la necesidad de un abordaje multidisciplinario.

La depresión en adultos mayores no es parte normal del envejecimiento, siendo importante establecer mecanismos de detección precoz de los problemas de soledad y aislamiento social en personas mayores,

Para hacer frente a los problemas de salud mental de los mayores, GEROSOL ASISTENCIA promueve la continuidad del cuidado y la acción de equipos multidisciplinares que trabajan por mantener niveles óptimos del estado funcional, prevenir y controlar, revertir o retrasar el deterioro físico, sensorial y cognitivo.