Ictus.
Definición:
El ictus, denominado como trombosis, embolia y el derrame cerebral, es una lesión producida en el cerebro por una alteración en la llegada de la sangre a través de los vasos sanguíneos.
Si se interrumpe el flujo de la sangre a una zona del cerebro, las células no tienen suficiente oxígeno para vivir y mueren, provocando un infarto cerebral. El ictus también puede producirse por la obstrucción de una arteria del cerebro por un trombo o coágulo de sangre, dando lugar a una trombosis cerebral.
La rehabilitación tras un ICTUS:
La Guía publicada por la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de Cantabria, sobre Rehabilitación tras un ictus recoge una detallada exposición acerca del programa de cuidados y tratamientos que ayudan a las personas a recuperarse de un accidente o enfermedad.
La rehabilitación tras un ictus es un proceso activo que pretende:
- Prevenir y tratar las complicaciones derivadas de esta enfermedad, como son el dolor y la rigidez de las articulaciones, las caídas, la depresión, etc.
- Ayudar al paciente y sus cuidadores a entender la situación, superarla y adaptarse a las secuelas. Conseguir la máxima independencia del paciente en la capacidad para desplazarse y en las actividades de autocuidado personal. Mejorar la comunicación del paciente con problemas del lenguaje.
- Paliar y tratar las consecuencias emocionales, intelectuales y del comportamiento.
- Mejorar la calidad de vida del paciente. El programa comienza habitualmente en la fase aguda con la evaluación del paciente por el médico especialista en rehabilitación en la planta de hospitalización, valorando el pronóstico más probable de recuperación funcional de cada paciente y estableciendo unos objetivos realistas y las directrices del tratamiento. A lo largo del proceso de recuperación, los profesionales del equipo valorarán regularmente al paciente para medir el progreso y realizar modificaciones en las diferentes terapias de acuerdo a la evolución.
El tratamiento rehabilitador es un proceso activo, que precisa la colaboración del paciente en su propia recuperación. Por lo tanto, es necesario que esté medicamente estable y tenga suficiente resistencia física y capacidad de comprensión para poder realizarlo.
El problema motor: parálisis, espasticidad y sus consecuencias
Una de las consecuencias más frecuentes y “evidentes” de un ictus es la parálisis en la mitad de cuerpo o hemiplejia.
Se pueden afectar el brazo y la pierna en grado variable o sólo uno de ellos. También pueden afectarse los músculos de la cara, especialmente los de la boca. Habitualmente, al principio, las extremidades afectas están fláccidas.
La parálisis puede ser total o bien parcial, si persiste algún movimiento voluntario. Con el tiempo, según se produce la recuperación neurológica, suele aparecer capacidad para algunos movimientos voluntarios en una o ambas extremidades y el proceso avanza hasta su estabilización. Además, la lesión neurológica provoca la mayoría de las veces la aparición de movimientos anormales y un aumento del tono muscular, en forma rigidez, que impide la movilización normal y llamamos espasticidad.
Como consecuencia de la parálisis y de la inmovilidad que conlleva el ictus los pacientes pasan demasiado tiempo encamados o sentados y esto puede producir complicaciones.
Normas generales sobre la postura y movilización del paciente
Es fundamental un adecuado tratamiento postural del paciente hemipléjico así como la forma de cambiarle de postura. Como reglas generales debemos:
- Evitar que la persona pase demasiado tiempo en la cama.
- Hay que levantarlo a un sillón de respaldo alto mañana y tarde.
- Debe cambiarse de forma frecuente de postura, pero las movilizaciones se realizan siempre despacio.
- Le explicaremos primero qué vamos a hacer y animarle a que colabore.
- No deben realizarse movilizaciones incontroladas. ¡No hay que hacerle gimnasia!
- Debemos favorecer la postura de las extremidades de extensión, evitando la flexión prolongada de codos y rodillas.
- El miembro superior paralizado es extremadamente frágil, por faltar la contracción muscular de defensa, así que debemos tratarlo con mucho cuidado.
- Nunca tiraremos del brazo paralizado para levantar o movilizar al paciente porque podríamos producirle una lesión.
- En general no está aconsejado el uso de cabestrillo, pero el brazo debe quedar apoyado, evitando la postura “colgante” o caída. Debe evitarse también la postura del brazo paralizado pegado al cuerpo, en flexión y agarrado con la mano sana.
El equipo de rehabilitación
Para conseguir los objetivos de la rehabilitación es necesario un equipo de profesionales especialmente entrenado para tratar a las personas que han sufrido un ictus. Está formado básicamente por:
- Médicos especialistas en rehabilitación (rehabilitadores).
- Fisioterapeutas.
- Terapeutas ocupacionales.
- Logopedas.
Los médicos rehabilitadores se encargan de evaluar al paciente, realizar un pronóstico de recuperación funcional y establecer las directrices del tratamiento, coordinando la actuación de los diferentes terapeutas. Indican también el tratamiento médico y farmacológico.
El fisioterapeuta es el profesional encargado de mantener y mejorar la movilidad del paciente, prevenir y tratar las complicaciones articulares, la espasticidad, las contracturas y deformidades, enseñar el tratamiento postural, entrenar la postura, el equilibrio y la marcha.
El terapeuta ocupacional enseña y entrena la postura y función del miembro superior, intentando conseguir la máxima funcionalidad. En caso de ausencia de recuperación se entrena el uso de la mano sana para sustituir la función perdida. Es también el encargado de entrenar al paciente para que vuelva a ser independiente en las actividades básicas de autocuidado (aseo personal, vestido, alimentación, etc.), así como en otras tareas instrumentales. También colabora muy activamente en el entrenamiento de tareas para compensar los déficits de percepción visual, espacial e intelectuales.
El logopeda es el profesional encargado de evaluar y tratar los problemas del lenguaje, tanto de los de articulación como los de expresión y comprensión verbal, así como la lecto-escritura. También realiza la reeducación en los problemas de deglución (dificultad para tragar) y otros problemas de la esfera intelectual, como las dificultades para el cálculo, memoria, orientación y concentración.
Fuente: Rehabilitación tras un ictus. http://www.scsalud.es/c/document_library/get_file?uuid=24511f99-ff64-4d35-9ecc-2d622ff1af6d&groupId=2162705. ISBN: 978-84-697-0458-5 Depósito Legal: SA-294-2014