Cuando termine el confinamiento, ¿dónde te gustaría volver?

En un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar. Nos cierran las fronteras, los hospitales se saturan, nos limitan salir a las calles y la histeria social se desata. Agotamos la existencia de mascarillas, los supermercados se vacían y las noticias falsas crecen como la espuma. Pero de pronto, nos damos cuenta de que echamos de menos lo que de verdad nos han arrebatado: el contacto real.

Afortunadamente, conforme los territorios españoles van avanzando en las fases de la desescalada, vemos más cerca la vuelta a la normalidad y empezamos a imaginar cómo será nuestra vida cuando todo esto acabe, una vida que seguro será diferente y en la que tendremos que seguir extremando las precauciones hasta que se descubra una vacuna contra el virus o un fármaco que rebaje su agresividad.

Sin embargo, esta nueva etapa no tiene por qué ser peor. Aunque a veces se hayan hecho duros, estos dos meses confinados en casa nos han servido para valorar aquellas cosas de nuestra vida que nos hacen felices, en las que quizás antes no reparábamos. Conscientes de esa realidad, en Gerosol nos propusimos hace algunas semanas abrir las puertas de la imaginación y soñar con los planes que ahora ya estamos pensando en hacer, lanzando un formulario a través de redes sociales esta única pregunta: cuando termine el confinamiento, ¿dónde te gustaría volver?

Seres sociales, por encima de cualquier preferencia

En primer lugar, queremos agradecer la elevada participación, obteniendo 203 respuestas. También  nos gustaría reseñar que este articulo cobra especial sentido por vuestra ayuda. A partir de los deseos de los participantes, hemos extraído una serie de reflexiones de la encuesta que os exponemos sin base científica a continuación.

Sin duda, ver o pasar más tiempo con nuestros seres queridos es lo más importante. Durante el confinamiento, gracias a Internet y las distintas aplicaciones de videollamada que existen, hemos podido seguir viendo a nuestros amigos y familiares, aunque estuviésemos separados. Sin embargo, aunque la hiperconectividad nos ha ayudado a sentirnos más cerca de los nuestros, no ha sido suficiente para calmar nuestro deseo de encontrarnos físicamente, como revela el grafico. Un 82,3% de los encuestados reconoce que lo que más ha echado de menos ha sido estar con la familia y los amigos. Somos seres sociales. Necesitamos salir con un amigo, que venga gente a cenar a casa, reencontrarnos…El propósito de muchos para esta nueva vida será el de recuperar la relación con amigos y familiares, un poco erosionada por la falta de interacción física, pasando más tiempo con ellos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre esos seres queridos que hemos echado tanto de menos se encuentran nuestros mayores, la población más vulnerable en esta crisis sanitaria. Su fragilidad ante este virus que los amenazaba, pero también su resiliencia, nos ha hecho darnos cuenta de que necesitamos prestarles más atención como sociedad. Casi la totalidad de los encuestados desearía que se cuidase más a las personas mayores a partir de ahora. Desde Gerosol, ponemos todo el esfuerzo y afecto para que tengan el lugar que se merecen.

Deseos de viajar y volver al ocio

Otro aspecto importante que nos ha enseñado este confinamiento es que se puede viajar sin moverse del salón. Hemos visitado ciudades, monumentos, museos, enclaves arqueológicos…desde el móvil o el ordenador a través de aplicaciones y páginas web, a veces incluso con videojuegos. Los libros, por supuesto, también nos han permitido, haciendo uso de la imaginación, viajar en estos momentos en los que no se podía físicamente. Aunque todas estas opciones no han sido suficientes para algunos: el 9,4% de los participantes del formulario ha echado de menos viajar.

Cada día, incluso cada hora, las circunstancias cambian y se van descubriendo nuevas informaciones, nuevas medidas a adoptar y situaciones que hacen que el futuro sea muy inestable e incierto. Para los que somos viajeros, o nos gusta viajar, el no poder hacerlo es como cortarnos las alas e, inevitablemente, deberemos adaptarnos a nuevas formas de viajar.

Al igual que tras los atentados del 11 de septiembre se incrementaron los controles de seguridad en los aeropuertos y se incluyeron varias restricciones a la hora de volar, con el Coronavirus nos tendremos que acostumbrar a viajar con más controles, pero, esta vez, sanitarios.

A la vista de las informaciones que se manejan ahora, cámaras térmicas para controlar la temperatura, nebulizadores de ozono, hidrogeles, scanners iónicos para nuestros equipajes, distancias de seguridad o aforos reducidos en las terminales serán algunas de las medidas que, posiblemente, veamos en un futuro en los aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses.

Viajar tras el Coronavirus hará que no nos guiemos solamente por opiniones de familiares o amigos, o fotos que encontremos por Internet, sino que buscaremos mucha más información sobre el destino. Querremos conocer su situación actual, las medidas sanitarias que estén en vigor, la distancia social impuesta, economía del país o los monumentos abiertos, junto con las medidas adoptadas para su visita.

De esta forma practicaremos un turismo responsable, apreciaremos mucho más nuestro viaje y las experiencias que tengamos en él. Saborearemos mucho más una buena pasta carbonara en Roma, un buen vino en una terraza de París o el canto del rezo en Estambul. Seremos acumuladores de experiencias y no de sitios visitados. Esto es, vivir intensamente cada momento de un viaje, pasear sin rumbo por las calles de una ciudad y conociendo sus rincones

Mientras llega la vacuna del covid-19, nos centraremos en un turismo de proximidad. Si de algo podemos presumir, es de riqueza geográfica, magníficas zonas de costa, pero también maravillosas zonas rurales y de montaña. Buscaremos lugares sin masificar, con lo que estaremos contribuyendo a crear un turismo sostenible. Quizás este verano nos apetezca volver al confinamiento, pero esta vez alquilando una casa para toda la familia con jardín y piscina o en un paraje rodeado de naturaleza.

Para nuestros lectores más viajeros, un mensaje tranquilizador de los expertos: volveremos a hacerlo tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

En plena desescalada, las ciudades están recuperando sus latidos de siempre. Las calles, los monumentos, los museos, las bibliotecas, las tiendas y los bares recobrarán en breve por completo la vida perdida, por eso, hemos comprobado que el 1,5% de las personas eligieron la opción “Me gustaría volver a mi sitio favorito de mi ciudad”.

También cabe señalar que las aglomeraciones no han pasado a la historia, volveremos a disfrutar de los conciertos, del cine, de salir de bares…pero mientras no erradiquemos el virus tendremos que ser precavidos y una de las cosas que algunos expertos se atreven a decir, aunque poniendo en cuarentena (nunca mejor dicho) su consejo, es que la vuelta a la normalidad será gradual, como ya estamos viendo, y todos aquellas actividades que suponen grandes aglomeraciones tal vez tarden un poquito más en volver a convocarse.

El calendario avanza y ya estamos más cerca de poder recuperar, en la medida de lo posible, la nueva normalidad completamente. Los abrazos, que en esta etapa de confinamiento han parecido gestos de lujo, parecen estar más cerca, para alegría de quienes su único deseo es volver a abrazar a sus familiares, amigos o parejas. Hasta entonces, sigamos soñando.