La vida…es sueño también para nuestros mayores

Que levante la mano quien haya soñado con ser un superhéroe alguna vez. Coger la manta utilizándola de capa y sentirte la persona más fuerte y rápida del mundo, era el día a día de nuestra infancia. Sin embargo, cuando nos hacemos mayores, esa ilusión desaparece, pero tranquilos, porque os podéis sentir superhéroes cada día, y es que dormir bien también es un poder que tenemos a nuestra disposición, según afirman algunos científicos.

Está comprobado que nos pasamos aproximadamente una tercera parte de la vida durmiendo, pero por alguna razón, la importancia del sueño se suele subestimar. Por ello, en este artículo nos centraremos en intentar aclarar por qué nuestros mayores concilian el sueño peor.

El sueño es vital para sobrevivir, pues ese descanso es absolutamente necesario para que todos los sistemas y órganos funcionen con normalidad. De hecho, existen diversos estudios que han detectado relaciones entre la falta del sueño y múltiples problemas de salud, como la alteración del comportamiento, la falta de memoria, los excesos de comida, el daño cerebral o un mayor riesgo de infarto.

La calidad del sueño viene determinada por numerosos factores

Vivir, en muchos sentidos, es ir durmiendo cada vez menos. Un recién nacido duerme entre 14 y 17 horas, invirtiendo unas cinco horas en varias siestas a lo largo del día. Conforme va creciendo y llega a la edad pre-escolar, entre tres y cinco años duerme entre 10 y 13 horas al día. Con el paso de los años, las siestas disminuyen y el sueño se va centrando a horas nocturnas, durante entre unas seis y siete horas.

En realidad, no hay un número específico de horas exactas que determinen que la persona ha descansado lo suficiente, sobre todo en la edad adulta, pero la media de 7-8 horas de sueño diarias es lo ideal.

Sin embargo, es un hecho que con el paso del tiempo existe un descenso en el tiempo total de sueño y en su eficiencia, siendo difícil conseguir un sueño continuado. Una persona de 70 años duerme una hora menos cada noche que una persona de 20 años, de media, lo que provoca que el sueño se redistribuya a lo largo de las 24 horas del día y sean frecuentes las siestas diurnas.

La razón por la que necesitamos dormir de noche viene dada por los ritmos circadianos. Cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo. Estos ritmos circadianos se ven influenciados por la secreción de melatonina.

En su conjunto, el funcionamiento hormonal en jóvenes es más correcto, de ahí que este segmento de la población suela dormirse tarde y despertarse tarde. Sin embargo, en la población adulta mayor, la segregación de esta hormona es menor, y se produce antes, se debilitan los ritmos circadianos y en consecuencia se tiende a dormir más temprano y con un período de sueño menor.

Por otro lado, las modificaciones en el ciclo del sueño también están relacionadas con el sexo de la población, ya que, en la mujer, el sueño, además de estar influenciado por el paso del tiempo, está estrechamente relacionado con los cambios hormonales que suceden a lo largo de su vida.

A propósito ¿Tu cama es lo suficientemente cómoda? ¿Cuánto tiempo hace que no has cambiado el colchón? ¿Padeces de alguna dolencia que te exija tener una cama especial y no la tienes? Deberías echar un vistazo a los beneficios de una cama articulada, ya que podrían ayudarte a descansar mejor, y a que te levantes menos por la noche.

Evitar el insomnio en la población mayor

Todos estos factores hacen que el insomnio sea un problema que afecte de forma habitual a las personas mayores, ya sea de una forma leve, aguda o crónica. Hasta el 40% de los mayores de 65 años sufren este problema. En muchos casos bastará con llevar una vida ordenada, pero en otros será necesaria la intervención del médico y la instauración de un tratamiento adecuado.

Este próximo 20 de marzo se celebrará el Día Mundial del Sueño, una fecha que la Asociación Mundial de Medicina del Sueño instauró para destacar la relevancia del buen dormir y para tomar conciencia sobre los trastornos del sueño que sufre nuestra sociedad, en general y nuestros mayores en particular. Por ello, en Gerosol nos unimos a este llamamiento.

Los expertos en la materia indican que, una buena higiene del sueño radica en mantener unos horarios regulares de acostarse y levantarse, echar siestas de no más de 20 minutos después de comer, evitar café, alcohol y tabaco, vigilando la medicación, y minimizar el uso del móvil y otros estímulos lumínicos.

Además, en Gerosol, creemos que soñar es una necesidad que aporta conocimientos y nos ayuda a sentirnos bien sin que nos demos cuenta. Pero, para poder soñar, debemos tomar conciencia de la importancia que tiene dormir profundamente. Prueba con esas pautas y podrás mejorar tu calidad de sueño y por ende, también mejorará tu calidad de vida.